Los chicos de la ciudad construyen sus sueños de grandeza en las escuelas, donde dan sus primeros pasos hasta entrar en un club y jugar competitivamente. Desde que son muy pequeños hasta que entran en la madurez, estas instituciones son las encargadas de formar a nuestros futuros profesionales.
'Águilas del Oeste' es una entidad de carácter social que impide que los jóvenes del barrio Quintitas Golf estén en la calle fuera del horario escolar. Alejandro Bustos, su propietario, habló de la difícil situación que viven durante la pandemia: "Hace tres años que comenzó este proyecto, hoy en día tenemos 100 chicos. Junto al rubro gimnasio, somos los que más sufren la cuarentena. No tenemos ninguna manera de generar ingresos, no recibimos ningún tipo de ayuda".
Llevan el nombre de escuelas porque los chicos van a aprender, no solo de deporte sino también a construir sus primeras relaciones entre pares. Niños y adolescentes de todo Río Cuarto son parte de 'Gorriones', entidad que realiza sus prácticas en el complejo de canchas de césped sintético homónimo de calle Alberdi esquina Paraná, que cuenta con Sergio Garay como uno de sus referentes. Garay es, a su vez, profesor del I.P.E.M. 28 "Villa de la concepción del Río Cuarto" por lo que conoce bien de actividades pedagógicas y cuenta del importante trabajo que conlleva mantener motivados a los chicos: "Esto nos sorprendió a todos, fue muy poco el contacto que tuvimos con los chicos. Desde marzo no podemos abrir. Sin bien mantenemos una relación con los mayores, enviamos actividades a través de videos. Encontramos realidades muy preocupantes, notamos aumentos de peso y se nota en su fisonomía".
Quienes observan en primera persona los cambios que experimentan los protagonistas de las escuelas de fútbol, son los padres. La cuarentena afectó a todos, especialmente a quienes más actividad tenían. Gastón habla de Álvaro y Julián, quienes asisten a 'Águilas del Oeste': "Los chicos extrañan mucho el entorno, juntarse con sus amigos y en esta escuela en particular porque se conocen todos del barrio. Los fines de semana debemos hacer un recorrido en bicicleta para descargar energías".
Iván, quien además es kinesiólogo, habla de Thiago y aporta su punto de vista profesional. Ambos coinciden en que la vida no es la misma sin fútbol: "Ha cambiado la motivación de salir con sus compañeros para meterse en la habitación y jugar a los juegos".