La oleada antirracista desatada en Estados Unidos y en otros países, como Reino Unido, tras la muerte de George Floyd, se ha llevado por delante una de las películas más emblemáticas de la historia del cine. Lo que el viento se llevó, con las desventuras de Escarlata O'Hara, ha sido retirado de HBO por racista. La plataforma lo ha descatalogado en Estados Unidos después de que la cinta haya sido criticada por idealizar la esclavitud, au que volverá a la plataforma acompañada de una explicación del contexto histórico y una denuncia del racismo.
La polémica y los escándalos han acompañado siempre a Lo que el viento se llevó, una película que ya era leyenda incluso antes de llegar a las salas de cine en 1939. La película lo tenía todo para triunfar y las expectativas no defraudaron. Tanto es así que el día de su estreno se declaró festivo en Atlanta. La confirmación de la crítica llegaría después. El 29 de febrero 1940 el filme hizo historia y arrasó en los Oscar al ganar ocho de las 13 nominaciones y llevarse dos premios especiales. Un paseo triunfal que llegó tras un largo camino de producción, conflictos y escándalos que ayudaron a agrandar la leyenda.
El proyecto comenzó con la novela del mismo nombre escrita por la periodista Margaret Mitchell. El libro fue un fenómeno de tal magnitud que los derechos se vendieron incluso antes de que se publicara. Kay Brown, cazatalentos del productor David O. Selznick, convenció a su jefe para que pagara 50.000 dólares, una enorme cantidad de la época, a pesar de sus reticencias iniciales.
David O. Selznick, uno de los productores más importantes de la historia del cine, necesitó dos años para poner en marcha el proyecto e incluso se rumoreó que había contratado a 12 de los mejores guionistas de Hollywood para dar forma al texto. Mientras, el libro vio la luz en junio de 1936 y se convirtió en todo un éxito de ventas gracias a que los norteamericanos, que arrastraban los efectos de la Gran Depresión, se veían identificados con unos personajes que se enamoraban, se arruinaban, se amaban y se odiaban arrastrados por los efectos de la Guerra de Secesión.
BUSCANDO A ESCARLATA
Mientars, Selznick se lanzó a la búsqueda de la actriz que encarnaría a Escarlata O'Hara, la heroína. El proceso de selección se convirtió en un culebrón. El productor quería una actriz desconocida y puso en marcha un casting masivo -el primero de la historia- que costó la friolera de 100.000 dólares y duró dos años. Llegaron a presentarse 1.400 mujeres anónimas y también grandes estrellas de Hollywood.
Buscar a la persona idónea para dar vida a la caprichosa sureña de 16 años fue un reto. Tanto, que incluso la película comenzó a grabarse sin Escarlata. En el camino se quedaron actrices de la talla de Katharine Hepburn, Bette Davis o Paulette Goddard, quien estuvo a punto de conseguir el papel. Sin embargo, este finalmente fue a parar a la británica Vivian Leigh.
La leyenda cuenta que, durante el rodaje con dobles de las escenas del incendio de Atlanta, el hermano del productor llegó con la actriz. "Te presento a Escarlata", afirmó, mientras el resplandor de las llamas iluminaba a Vivien. Los americanos no la recibieron tan bien. A Selznick se le echó en cara que hubiera empleado dos años buscando a la mujer sureña perfecta y que esta no solo no fuera sureña, sino que ni siquiera era norteamericana.
El elenco principal se completó con Olivia de Havilland (Melania), Clark Gable (Rhett Butler) y Leslie Howard (Ashley Wilker)
TRES CAMBIOS DE DIRECTOR
Tras los problemas de casting, llegaron los de director. George Cukor solo duró 18 días de rodaje por los desencuentros con el productor y el ritmo de rodaje. Cukor fue reemplazado por Victor Fleming, que sufrió un colapso nervioso y tuvo que tomarse dos semanas de descanso. Un tiempo en el que Sam Wood le reemplazó. Al final ambos llegaron a trabajar en paralelo, con dos equipos distintos.
La relación entre Vivien Leigh y Clark Gable tampoco fue fácil. A pesar de la sintonía ante las cámaras, no se llevaban nada bien. Vivien ella llegó a decir que era desagradable besar a su compañero por su mal aliento. Gable, además, cobró cinco veces más que su compañera por la mitad de días de rodaje.
LA MÁS TAQUILLERA DE LA HISTORIA
La película terminó costando 4,3 millones de dólares, el presupuesto más alto de su época. Nada comparado con lo que recaudó, ya que se convirtió en la más taquillera de la historia , si se ajusta su recaudación con la inflación actual. Su estreno fue tan esperado que incluso ese día se declaró festivo. A su estreno, el 15 de noviembre de 1939, no pudieron acudir ni Butterfly Moqueen ni Hattie McDaniel, que interpretaban a las criadas de Escarlata, por las leyes de segregación racial de la época. McDaniel se convirtió en la primera persona afroamericana en ganar un Oscar pero no pudo sentarse en la misma mesa que el resto del elenco de actores.
Lo que el tiempo se llevó ha sido criticada por su racismo y machismo, pero ha terminado convirtiéndose en una película icónica a nivel mundial. En España hubo que esperar hasta 1950 para escuchar la mítica frase: "A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre". Un momento que, 80 años después de arrasar en los Oscar, sigue formando parte del imaginario común.