Hace una década Forrest Fern publicó un libro de memorias en el que aparecía un poema de 24 versos con las nueve pistas necesarias para encontrar el tesoro que había enterrado en la montaña. Tras diez años, miles de entradas en blogs y foros de internet y hasta fallecimientos de personas que lo buscaban, el tesoro ha sido encontrado.
Mucho antes, en 1988 Forrest Fern había recibido un diagnóstico terrible: tenía un cáncer que parecía terminal. Sorprendentemente, sobrevivió. En 2010, este antiguo piloto -profesional; combatió en la Fuerza Aérea estadounidense-, aventurero y coleccionista -en calidad de aficionado en este caso- decidió crear una suerte de canto a la esperanza con el que compartir la suerte que había tenido y enterró en una localización secreta de las Montañas Rocosas un cofre de bronce con decenas de piezas de oro y joyas.
"El tesoro ha sido encontrado", explicaba Fern en una entrada publicada en uno de los blogs dedicados a su cofre. "Estaba bajo un toldo de estrellas en la exuberante boscosa vegetación de las Montañas Rocosas y no se había movido del lugar en el que lo escondí hace más de 10 años".
La historia de Fenn y su cofre llegó en el momento perfecto, con una internet madura que pudo crear comunidades para cualquier persona que buscase el tesoro, ya fuese de forma obsesiva o como curiosidad.
El camino para encontrar el cofre "comienza donde las aguas templadas se detienen", según el poema, y continúa en un cañón más abajo. ¿Dónde? "No lejos, pero demasiado como para ir andando". Estas y otras pistas crítpicas circularon por foros y redes durante una década sin que nadie se explicase cómo un Forrest bien entrado en años había sido capaz de esconder el pesado cofre él solo.
También, claro, surgieron las dudas y los escépticos, que aseguraban que tenía que tratarse de un bulo. ¿Y si el propio autor había vuelto al lugar en el que enterró el oro a recuperarlo? Al fin y al cabo, sus memorias autoeditadas se han convertido en casi un best-seller que en Amazon parte de los 139 euros de segunda mano.
De lo que no hay dudas es de que la gente acudió en masa en busca de las riquezas. En 2018, según sus estimaciones, ya habían tratado de resolver el enigma 350.000 personas (en 2016 solo eran 65.000 y la fuente seguía siendo él mismo, así que tal vez exageró un poco). En cualquier caso, la policía de Nuevo México llegó a pedir a Fern que cancelase la búsqueda después de que dos personas falleciesen en las montañas mientras trataban de encontrar el tesoro.
Por el momento, el aventurero sabe quién se hizo con él, pero mantiene que fue el poema lo que llevó a esta persona al lugar adecuado. "La búsqueda ha terminado", se despidió antes de asegurar que en los próximos días proporcionará más información e imágenes.
Por su parte, Dal Neitzel, autor del blog que utilizó Fern para informar del hallazgo, espera que Fern publique la ubicación exacta. "Todos queremos saber lo cerca que estuvimos", explicó a Motherboard.