La columna de opinión del senador republicano por Arkansas Tom Cotton llamando a enviar al ejército a sofocar las revueltas raciales que se viven cada noche en las grandes ciudades de EEUU ha provocado un auténtico tsunami en el New York Times, y no sólo a nivel interno. Además de la revuelta de varios redactores del periódico contra la dirección editorial por permitir en sus páginas una opinión que "pone en peligro a los periodistas negros", el gran diario ha sufrido el mayor número de cancelaciones de suscriptores en una hora de su historia.

En las horas posteriores a la publicación de la columna de opinión, el chat interno del periódico en la plataforma Slack se convirtió en un hervidero. Decenas de empleados del New York Times expresaban su enfado por la publicación de la polémica columna de Cotton, mientras las altas esferas llamaban a la calma y aseguraban que se estaba preparando un comunicado junto a James Bennett, jefe de opinión del diario.
Efectivamente, el propio Bennett defendía en un hilo de Twitter su decisión de publicar una columna que claramente va en contra de la línea editorial del diario: "Las páginas de Opinión del Times debe a nuestros lectores la publicación de contraargumentos, especialmente los emitidos por cargos públicos".

 

The Times editorial board has forcefully defended the protests as patriotic and criticized the use of force, saying earlier today that police too often have “responded with more violence — against protesters, journalists and bystanders.” https://t.co/XdjnhuAVax

— James Bennet (@JBennet) June 3, 2020

La respuesta no hacía sino avivar el debate entre los empleados en el chat. Muchos de ellos trasladaban su descontento a la calle a través de sus redes sociales. "Publicar esto pone en en peligro a los redactores, editores y otros empleados del New York Times en peligro", lanzaba la columnista afroamericana Roxanne Gay.

También mostró su desacuerdo públicamente el antiguo jefe de Opinión del New York TimesSewell Chan, pese a decirse "reacio a opinar sobre su alma mater": "La decisión de publicar a Tom Cotton pidiendo el despliegue del ejército para calmar los disturbios excede la buena práctica periodística".

Pero además de la revuelta interna, el tsunami desatado por la publicación de la columna de Cotton puede poner en peligro uno de los principales activos del New York Times: sus suscripciones. La revista online estadounidense Slate ha tenido acceso al chat de Slack en el que se comunican los empleados del New York Times, y ha podido comprobar como algunos de ellos comentaban con estupor cómo las cancelaciones se multiplicaban por minutos: "Cada vez que refresco crecen más y más rápido", comentaba uno de ellos. "203 cancelaciones entre las cuatro y las cinco: la mayor cifra en una hora que hemos tenido nunca", apuntaba otro.
El mismo medio ha podido saber que el periódico decidió eliminar la posibilidad de escribir comentarios al artículo de Cotton porque no tenía suficientes moderadores para garantizar el filtrado de la avalancha de opiniones de los lectores.

El Mundo