Los presidentes de Rusia y Estados Unidos también dialogaron sobre la evolución del mercado petrolero y conversaron sobre la posibilidad de que Putin sea invitado a la próxima cumbre del G7, tras la expulsión de Moscú en 2014 de lo que entonces era el G8.
Vladimir Putin se comunicó telefónicamente este lunes con Donald Trump, a quien le agradeció el envió de respiradores a Rusia para hacer frente al coronavirus. Los mandatarios también intercambiaron opiniones sobre las medidas adoptadas por ambos países contra el COVID-19, según informó el Kremlin en un comunicado.
Un día después de la llegada de astronautas norteamericanos a la Estación Espacial Internacional (EEI), el presidente ruso felicitó a Trump por el lanzamiento exitoso de la nave SpaceX “Crew Dragon”.
Ambos mandatarios destacaron la importancia de desarrollar una cooperación “mutuamente beneficiosa en el sector espacial”.
Putin y Trump también se refirieron a la evolución del mercado petrolera “en el contexto de la aplicación del acuerdo de la OPEP+”: “Se afirmó que este acuerdo multilateral, alcanzado con el apoyo activo de los presidentes de Rusia y Estados Unidos, conduciría a un restablecimiento gradual de la demanda de petróleo y la estabilización de los precios”.
Además, Trump le informó a Putin “sobre su idea de celebrar una cumbre del G7 con la posible invitación de los dirigentes de Rusia, Australia, India y la República de Corea”. El presidente norteamericano dijo el sábado pasado que aplazará la próxima cumbre, que estaba prevista para el próximo mes, y que se intención es ampliar la lista de invitados para incluir a Australia, Rusia, Corea del Sur y la India.
En diálogo con la prensa en el Air Force One, durante su regreso a Washington desde Cabo Cañaveral en Florida, donde presenció el lanzamiento del SpaceX, Trump dijo que el G7, que agrupa a las economías más avanzadas del mundo, era un “grupo de países muy anticuado” en su formato actual. “Lo estoy posponiendo porque no creo que el G7 represente adecuadamente lo que está pasando en el mundo”, señaló.
Rusia fue expulsada de lo que entonces era el G8 en 2014 cuando el predecesor de Trump, Barack Obama, era el presidente de EE.UU., después de que Moscú anexara la región ucraniana de Crimea. Rusia todavía mantiene el territorio, y varios Gobiernos del G7 han rechazado las anteriores llamadas de Trump para readmitir a Moscú.
Uno de ellos es el canadiense. Este lunes, el primer ministro Justin Trudeau manifestó su oposición al regreso de Rusia al Grupo de los Sietes porque, según apuntó el mandatario, Moscú sigue desacatando el derecho internacional. “Rusia fue excluida del G7 después de que invadió Crimea hace varios años, y su continua falta de respeto y alarde de reglas y normas internacionales es la razón por la que permanece fuera del G7, y seguirá estando fuera”, dijo Trudeau durante su conferencia de prensa diaria. Pero sí dijo que el G20, que incluye a Rusia, es un foro en el que hay países “con los que no necesariamente tenemos grandes relaciones”.
Alyssa Farah, portavoz de la Casa Blanca, comentó, por su parte, que Trump quiere que los países dialoguen sobre China en la cumbre.
El Kremlin indicó que durante la conversación de este lunes también se hizo hincapié en “la importancia de mejorar el diálogo ruso-estadounidense sobre la estabilidad estratégica y las medidas de fomento de la confianza en el sector militar”.
“Los presidentes acordaron continuar los contactos a diversos niveles”, concluye el comunicado que calificó de “constructiva, seria y sustantiva” la charla entre Trump y Putin.