Una investigación, realizada por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Louisiana, reveló que durante el tratamiento a los pacientes, se debe incluir terapia para atacar a los distintos mecanismos patológicos hallados.
Son cada vez más los hallazgos que buscan esclarecer los alcances y los potenciales tratamientos para combatir la nueva enfermedad del coronavirus COVID-19. Dado el panorama actual, desde diferentes lugares del mundo surgen investigaciones en busca de una vacuna eficaz para prevenir el virus, así como un tratamiento efectivo para dar respuesta a quienes padecen la enfermedad.
En este contexto, científicos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Louisiana (LSU Health New Orleans) realizaron la primera serie de autopsias a personas que murieron por COVID-19 en Nueva Orleans y sus hallazgos revelaron nuevos datos para guiar el manejo del paciente.
La investigación publicada en la revista The Lancet, estudió a pacientes estadounidenses fallecidos a raíz del COVID-19. El rango etario de los hombres y mujeres iba desde los 44 a 78 años y estaban diagnosticados con al menos una comorbilidad.
Todos eran afroamericanos y muchos tenían antecedentes de hipertensión, obesidad, diabetes tipo II dependiente de insulina y enfermedad renal crónica . En todos los casos, los pacientes acudieron al hospital aproximadamente de tres días a una semana después de desarrollar los primeros síntomas que eran tos leve y fiebre (de 38 o 39 grados), experimentando descompensación respiratoria repentina o colapso en el hogar.
"Descubrimos que los pequeños vasos y capilares en los pulmones estaban obstruidos por coágulos sanguíneos y hemorragias asociadas que contribuyeron significativamente a la descompensación y la muerte en estos pacientes. También encontramos niveles elevados de dímeros D, fragmentos de proteínas involucradas en la descomposición de los coágulos sanguíneos. Lo que no vimos fue miocarditis o inflamación del músculo cardíaco, que los informes preliminares sugieren que contribuyen significativamente a la muerte por covid-19”, explicó el autor principal, Richard Vander Heide, profesor y director de Investigación de Patología de la Escuela de Medicina de la LSU Health New Orleans.
Mientras que los patólogos de LSU Health New Orleans también encontraron el mismo daño generalizado en las estructuras pulmonares involucradas en el intercambio de gases visto en la primera epidemia de SARS, la coagulación de vasos pequeños es un nuevo hallazgo que parece ser específico para Covid causado por SARS-CoV-2 que permite un abordaje totalmente distinto para con esta enfermedad.
"Nuestro estudio presenta una gran serie de autopsias dentro de un grupo demográfico específico que experimenta la tasa más alta de resultados adversos dentro de los Estados Unidos ", explicó la doctora Sharon Fox, directora asociada de Investigación y Desarrollo en el Departamento de Patología de la Escuela de Medicina de la LSU Health New Orleans.
“Las implicaciones claves de nuestro estudio incluyen el descubrimiento de un mecanismo para la patología severa dentro de la población afroamericana, probablemente extensible a todas las personas con enfermedad grave, y posiblemente un objetivo para el tratamiento terapéutico inmediato”, concluye el doctor Vander Heide.
Por otro lado, Vander Heide explicó que los resultados también pueden ser aplicables a un grupo demográfico más amplio que experimente la enfermedad grave por COVID-19 y que el manejo de estos pacientes debe incluir terapia para atacar estos mecanismos patológicos.
Las autopsias se realizaron en el Centro Médico de la Universidad de Nueva Orleans, que se construyó después del huracán Katrina. Es uno de los pocos hospitales en Estados Unidos equipado con un conjunto de autopsias que cumple con los estándares de los CDC para realizar con seguridad la autopsia de pacientes con COVID-19 positivo.