Martín Guzmán no quiere ser sólo el ministro de Economía que reestructure la deuda argentina. El economista platense va por más. Por eso ya avanza con la preparación no sólo del presupuesto 2021, que se presentará el 15 de septiembre, sino también una reforma estructural vinculada al mapa impositivo argentino, que se debatirá en el Congreso.
Guzmán reunió hoy a su equipo para dar el puntapié inicial público a este debate que coincide con algunas declaraciones de los últimos días de Alberto Fernández. El Presidente iba a hacer anuncios en el marco de los actos por el 25 de Mayo vinculados a un "nuevo contrato social". Los postergó luego del fuerte aumento de contagios que se registró en el país, pero anticipó: "Podemos esperar para hacer ese anuncio, pero estamos trabajando. Hay que poner en marcha un país federal, más justo e igualitario".
"La etapa del sálvese quien pueda, de la meritocracia, para mí está muerta en la Argentina porque la meritocracia es falsa. No es el mérito lo que nos hace llegar, sino la oportunidad que nos dan de llegar", aclaró además sobre el punto de arranque y su definición de igualdad.
Algunas de los lineamientos que tendrá el proyecto de reforma impositiva para acometer los deseos presidenciales ya comenzaron a confirmarse. Un eje será la progresividad. "Queremos que se aporten más recursos porque sea progresiva no más restrictiva", afirmó un funcionario cercano al ministro. Tal definición ofrece un indicio sobre el proyecto de presupuesto que viene. El gasto no será ajustado sino "priorizado" hacia los más vulnerables.
¿Se discutirá la política tributaria con las provincias? "El Congreso es el ámbito natural en donde se debate la política tributaria", reafirmaron en el Ministerio de Economía.
Ya anteriormente, cerca de Guzmán, habían anticipado que otros dos ejes a tener en cuenta en este desarrollo eran generar "incentivos adecuados" y la "sostenibilidad fiscal". En el Ministerio de Economía se habían declarado la importancia de "tener equilibrio fiscal". Ayer se conoció el resultado fiscal de abril, que mostró un creciente déficit -mayor al de 2019 y 2015- con un alza del gasto -en medio de la pandemia- de 97% y de los ingresos de 14%.
"El impuesto a la riqueza es algo coyuntural, porque es una contribución de una vez por la actual situación", habían declarado también cerca del economista días atrás.
Ante a consulta sobre la presión tributaria actual en la Argentina, y cómo eso impactará en el sector privado y su capacidad de generar empleo en el futuro, en Hacienda creen que el tema impositivo a la hora de ganar competitividad es sólo una variable más, que se suma a las que se les pondrá el foco oficialmente a la hora de mejorar, como la logística o productiva.
"El primer paso a dar será el presupuesto 2021. Allí comenzarán a verse ejes programáticos que el ministro tiene en la cabeza pensando en el largo plazo. Obviamente, tomará en consideración a la coyuntura, pero además comienza a enfocarse en cuestiones estructurales. Plasmará sus ideas de cómo debe darse el desarrollo de la Argentina. Será un paso programático", anticipan en el Palacio de Hacienda a este medio.
Esta mañana, Economía informó que Guzmán reunió a su equipo para a trabajar en la llamada ley de leyes para el año próximo y en "la definición de políticas para la etapa de la pospandemia". Del encuentro, informaron en el Palacio de Hacienda, participaron los secretarios de Política Económica, Haroldo Montagu; Hacienda, Raúl Rigo; Finanzas, Diego Bastourre; Política Tributaria, Roberto Arias; y Legal y Administrativa, Viviana Salas.
"Creemos que es una buena oportunidad para repensar la política tributaria de la Argentina. Para llevarla hacia un sendero de más progresivo. En los últimos años algunos retrocesos muy claros y visibles", describieron sobre la reforma planteada por el equipo económico de Nicolás Dujovne durante el gobierno de Mauricio Macri, que se enfocó fundamentalmente en reducir la presión impositiva gradualmente. Cerca de ese equipo siempre señalaron que esa presión se había bajado en tres puntos del producto bruto interno y que, durante el período del gobierno del expresidente también se había logrado bajar el gasto primario.
En el equipo de Guzmán el pensamiento parece ser opuesto. El economista de Columbia ya dijo en varias ocasiones que bajar el gasto no es una opción a la hora de estimular la demanda agregada y volver a la senda del crecimiento. El espacio fiscal para impulsar políticas oficiales vendrá entonces de más impuestos y de los resultados de la reestructuración de la deuda. A eso se suma la mayor emisión monetaria por parte del Banco Central (BCRA).
Se buscará que los gravámenes y la nueva estructura haga más "progresivo" el sistema. En Economía no quisieron detallar si esto implicará mayores subas en el impuesto a las ganancias o bienes personales y rebajas en el IVA. Ni qué pasará con los impuestos a los Ingresos Brutos o al cheque, denunciado por los sectores productivos y exportadores, como "distorsivos". El margen de reclamo de estos sectores quedará, sin embargo, acotado por el creciente déficit fiscal que mostrará el Gobierno a fin de año como consecuencia de la pandemia. El propio ministro anticipó que sería de 3,1% del PBI, pero los analistas prevén un rojo mayor en las cuentas públicas aunque todo dependerá de la extensión de la cuarentena.
Los tiempos de debate entre un proyecto de ley que cambie la estructura tributaria y el presupuesto 2021 se entrelazan. La llamada ley de leyes llegará el 15 de septiembre. Pero, antes de esa propuesta, el Ejecutivo debería tener garantizados los ingresos del Estado de acuerdo a la nueva matriz impositiva impulsada por el oficialismo. Sin embargo, en Economía no quisieron detallar cuándo enviarían el proyecto para el debate parlamentario.
Según explican en en el Ministerio de Economía, las filtraciones recientes sobre esta reforma estructural no tienen como objetivo primordial ofrecer una señal a los bonistas internacionales -entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI)- que siempre reclamaron cambios de fondo a la economía argentina o a los acreedores privados que negocian con Guzmán sobre el sendero de sustentabilidad de la deuda, el crecimiento y el equilibrio fiscal en estos días.
"Estos ejes programáticos están desde el comienzo (de la gestión)", señalan cerca del ministro de Economía, que busca acrecentar su influencia más allá del proceso de reestructuración de la deuda pública pronto a cerrar. "Buscamos reformas estructurales que vuelvan a la Argentina más inclusiva, con un crecimiento dinámico de la productividad, consistencia macroeconómica en materia fiscal y monetaria. Reformas que muestren una política económica federal, y soberana en términos políticos y económicos", aclararon.
Por: Francisco Jueguen/La Nación