Cuando vi a una señora hacer una fila desde las 4.30 de la mañana para comprar huevos, vi a Venezuela y tengo terror de que nos quieran convertir en eso", dijo ayer Susana Giménez desde su chacra La Mary, en Punta del Este, a donde viajó en medio de la cuarentena por coronavirus y despertó una fuerte polémica.
En diálogo con el programa de Luis Novaresio en América, luego de aclarar desde TN que la Cancillería la autorizó a viajar porque tiene personal al que le debe pagar y perros para cuidar en su residencia Uruguay, habló sobre la extensión del aislamiento preventivo y obligatorio en la Argentina en América. " La gente no puede estar encerrada 80 días, es ridículo (...) Nosotros tenemos todo para cuidarnos como agua, alcohol, lavandina. El problema es que en las villa no se puede hacer lo mismo porque están hacinados y tienen que laburar, si no no comen. Es una cadena horrorosa", opinó la diva.
Por otra parte, recalcó: "Cuando nosotros éramos chicos, Argentina era un país maravilloso. El gobierno no te daba nada y se vivía muy bien. El populismo es muy peligroso. Era distinto y existía la cultura del trabajo. Cuando vi la fila para comprar huevos ví a Venezuela, un país que conozco mucho. Tengo terror de que nos quieran convertir en eso".
La diva habló también de su niñez y su juventud y de cómo era en esos tiempos la Argentina según sus vivencias. "Yo tuve la suerte de vivir una niñez bastante buena, a pesar de que en el ´55 hubo una revolución y lo sacaron a Perón. Yo no tenía custodia, ni chofer. Iba al teatro, volvía de trabajar a las 3 de la mañana y no tenía nunca miedo de nada (...) no había esa locura por la plata que hay ahora".
Novaresio le consultó sobre su opinión sobre los políticos y la Justicia, a lo que Susana le contestó muy crítica. Dijo que "no hay una Justicia que funcione" para juzgar los actos de corrupción y se quejó: "Es difícil hablar con los políticos. No entienden y no les importa. Lo único que quieren es hacerse ricos, es muy raro. Me gustaría tener un país limpio, con gente honorable como cuando éramos chicos".
Sobre el gobierno de Alberto Fernández, dijo: "No soy peronista, lo dije mil veces. De Alberto me gustó cómo era en el trato: afable, paternal, nada gritón, ni te apuntaba con el dedo. Actuó muy bien al principio de la pandemia, pero ahora está pasado y debe estar muy presionado por La Cámpora supongo (...) Ojalá tuviera carácter para hacer lo que él piensa (...) en el fondo de su corazón no es populista ".
La polémica entorno al viaje de Susana
En un año marcado por repercusiones mediáticas, propias y también familiares, Susana Giménez fue nuevamente noticia cuando se supo que abandonó su casa de Barrio Parque para irse a Uruguay. A pesar de la cuarentena, que recomienda el aislamiento como medida de prevención contra la pandemia de coronavirus, la diva se cansó de su residencia capitalina y pidió los permisos que fueran necesarios al consulado. Finalmente, Cancillería la autorizó y hoy descansa en su chacra La Mary, de Punta del Este.
En diálogo con TN, Susana explicó por qué lo hizo: "Tengo casa acá, personal que pagar, tengo perros, estaba muy preocupada. Después de 65 días encerrada en mi casa sola, tenía derecho a venir. Llené más papeles que si hubiera ido a Rusia durante el comunismo ".
Acompañada por su hermano Patricio, la conductora aclaró que no va salir por los catorce días en los que rige su aislamiento oriental. "Por mí, me quedo tres meses. Soy una persona muy solitaria, nunca me aburro. Pero a mí los animales me pueden, cuando llegué no me dieron mucha pelota, casi me muero del corazón . Además, tenía que traerla a Rita, que me estaba destrozando la casa", explicó, refiriéndose a la cachorra que compró en un criadero, devolvió para que la "educaran" y volvió a recibir en su casa hace unos días.
Preocupada tanto por la pandemia como por sus consecuencias en nuestro país, la estrella confesó que la verdadera luz de alerta se le encendió cuando el virus llegó a los barrios populares. "Ahora le agarró a las villas, ese es el drama. Tendrían que haber cerrado todo porque se sabía que ahí iba a explotar. Cuando me enteré el caso de Ramona dije, 'Ojalá que pongan algo, que las cierren'. Pero hay gente que tiene que salir, porque si no trabaja no come. Es bastante entendible. Como el Gobierno no sabe bien qué hacer, decide dejar a la gente encerrada para que no se contagie. Si están enamorados de la cuarentena se tienen que desenamorar porque la gente está harta", disparó.
Y de paso, a requerimiento de Nicolás Wiñazki, se refirió al endurecimiento en las medidas con el que amenaza Axel Kicillof: "Eso dice, pero no lo va a lograr. ¿Kicillof qué se cree, que los presos van a estar en la calle y nosotros presos?".