El infectólogo trazó un paralelo entre la medida y lo que ocurre con las vacunas. Fue en una charla en la que él y otros expertos que asesoran al Gobierno coincidieron en que el próximo paso es una segmentación geográfica y ocupacional del aislamiento.
A 7 semanas de iniciado, el domingo finalizará una nueva extensión del período de aislamiento preventivo obligatorio (ASPO). La famosa cuarentena ha dado hasta el momento resultados positivos en la contención de la pandemia de Covid-19 en Argentina: el número de casos diarios, de muertes y de personas internadas en terapia intensiva se mantienen relativamente estables, sin saturar al sistema de salud, que continúa preparándose para el momento en que se produzca una aceleración en esos números. Así lo consideran destacados expertos que integran el comité de asesores del Gobierno en el manejo de la pandemia del nuevo coronavirus, quienes coinciden en que Argentina se encamina a una fase marcada por la segmentación geográfica y ocupacional de la medida.
“Las medidas de contención y cuarentena se aplicaron muy tempranamente, particularmente con el cierre de fronteras y de actividades, y la población realmente reaccionó -a pesar de que hubo algunas excepciones- con bastante disciplina. Pero sabemos que es una situación que no se puede seguir extendiendo por su impacto económico, social, psicológico, emocional”, afirmó Mirta Roses, directora emérita de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y nombrada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) embajadora en el comité de expertos mundiales creado por ese organismo en el marco de la pandemia.
Roses participó de un webinar organizado por la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), en el que junto a Pedro Cahn y Pablo Bonvehí, moderados por Omar Sued –todos integrantes del comité asesor del Ministerio de Salud para Covid-19-, analizaron los resultados obtenidos hasta ahora y lo que vendrá en los próximos días y meses.
El director científico de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, destacó también la precocidad con la que Argentina adoptó medidas para contener el avance del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y la "madurez" que demostró la población. "Porque a pesar de que está la imagen de que los argentinos somos desordenados e incumplidores de la ley, salvo contadas excepciones hubo aquí un acatamiento muy importante al aislamiento social preventivo obligatorio".
En relación a la comparación con otros países de la región que no tomaron las medidas en forma temprana o que lo hicieron en forma fragmentada, como Brasil, sostuvo que, aunque las comparaciones son odiosas, “es imposible no tomar en cuenta la cantidad de casos y muertes por millón de habitantes que han tenido los diferentes países. Argentina tiene 5 muertos por millón de habitantes y Brasil tiene 28. Es una diferencia muy grande”.
El referente en atención e investigación en VIH-Sida a nivel nacional y mundial, consideró que sería contrafáctico intentar analizar qué hubiera ocurrido aquí de no implementar la medida pero, a más de un mes y medio de iniciada, sostuvo que “ha funcionado” pero “es víctima de su propio éxito”. Y trazó un paralelo con lo que ocurre con las vacunas, la segunda estrategia de salud pública más importante después del agua potable, cuya eficacia en la prevención de enfermedades hace que disminuya la percepción del riesgo de contraerlas. “La gente dice ‘no me vacuno, total no hay sarampión’ y vuelve el sarampión. Entonces, acá lo que se piensa es ‘¿Para qué voy a cumplir la cuarentena si igual no era tan grave como me lo decían?’”
En ese sentido, Cahn destacó parámetros en los que se ve que la cuarentena ha sido efectiva, vinculados a la preparación del sistema sanitario para atender la demanda en la medida que la pandemia avance. “El haber podido postergar el famoso pico nos dio tiempo para varias cosas: para conseguir más equipos de protección personal para que los colegas puedan trabajar con toda seguridad; para aumentar el número de respiradores, que ya se aumentó en más de 1.000; para inaugurar hospitales; para armar sitios de alojamiento para personas que necesiten aislamiento porque son Covid positivos, pero no necesitan estar en un hospital, como por ejemplo Tecnópolis y clubes de fútbol, gimnasios. Y además, el entrenamiento de los médicos residentes que están siendo preparados para manejar respiradores y poder trabajar en terapia intensiva, porque si llega el famoso pico no va a alcanzar el personal que tenemos”, precisó.
Por su parte, Roses, quien es especialista en enfermedades infecciosas y preside la Comisión Nacional de Inmunizaciones, evaluó otros factores que permiten mensurar el impacto de la medida. En primer lugar, destacó que la transmisión comunitaria se concentra en áreas puntuales (Ciudad de Buenos Aires y varias zonas del AMBA y de las provincias de Chaco, Tierra del Fuego, Río Negro y Santa Fe; mientras que hay transmisión por conglomerado en Rafaela -Santa Fe-, en tres ciudades de Córdoba -la capital, Altagracia y Río Cuarto- y en Loncopué -Neuquén-). “El resto del país se mantiene libre prácticamente, o tuvieron algún caso importado que fue aislado y contenido, o nunca tuvieron circulación del virus”, afirmó.
Y resaltó que “el número actual de casos confirmados diariamente tiende a mantenerse estable, con brotes localizados”, en los que se ven algunas variaciones “como ocurrió en la Capital Federal con el ingreso del virus en la Villa 31 o con algunos ingresos a geriátricos o a instituciones cerradas”. No obstante, señaló que “en general el número de casos confirmados diariamente tiende a mantenerse estable y el número de fallecidos también, así como el número de personas en unidades de cuidado intensivo o crítico, lo cual significa que las medidas están siendo efectivas”.
Más allá de los logros obtenidos hasta el momento, Cahn hizo hincapié en que recién es el principio y todavía falta mucho por transitar. “Tenemos más de 200 muertos, entonces para esas 200 familias esto sí ha sido una cosa grave. Tenemos unas 150 personas internadas en terapia intensiva, no es una cantidad que nos alarme, el sistema de salud no está sobresaturado, pero a nadie le gustaría estar en ese lugar”.
Sobre si el famoso pico de casos se producirá indefectiblemente, el fundador de Huésped sostuvo que llegará el día en el que se acumulen más casos para luego empezar a bajar. Lo que no sabe, dijo, es el tamaño que tendrá ese pico y recurrió a una figura utilizada por su hija Florencia Cahn -presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y también integrante del comité asesor- sobre que la altura puede ser la del Everest, la del Uritorco o la de alguna pequeña sierra de Tandil.
Destacó que el país ha sido exitoso en cuanto a que el sistema de salud no entró en estrés y, en relación a eso, enfatizó: “Nosotros tenemos que evitar tener que pasar por la situación que pasaron Italia y España, en la cual los colegas se vieron sometidos a una situación de violencia moral, de tener que decidir a quién le pongo el respirador y quién va a morir. Esa situación no debe ocurrir en la Argentina”.
Lo que viene
Para que eso no ocurra, pese a que habrá un desescalonamiento del aislamiento, habrá que mantener medidas de prevención durante mucho tiempo.
“Lo que tenemos que tener en cuenta –insistió Cahn- es que el distanciamiento social en sus nuevas formas va a seguir. Vamos a retomar actividades, vamos a hacer más fácil la vida para la gente en la medida que pase el tiempo porque no lo podemos mantener en su formato actual; pero tenemos que saber que hay cosas que llegaron para quedarse por mucho tiempo.”
Roses, por su parte, señaló que tenemos que prepararnos “para la flexibilización, la segmentación geográfica y ocupacional”, de la cuarentena. “Porque no podemos llegar a la explosión de los casos, pero tampoco podemos llegar al punto de la explosión social, donde la gente ya no quiera respetar más este aislamiento y se largue desesperada ya sea, en primer lugar, por la necesidad económica y laboral, y en segundo lugar por el confinamiento, que trae un impacto emocional también muy importante y la necesidad de juntarse con pares, con familiares”.
Según la directora emérita de OPS, “las herramientas de salud pública, la capacidad de la preparación del país en términos de atención médica, de testeos y de herramientas informáticas y de comunicación permiten establecer esa segmentación geográfica y ocupacional e inclusive por edades, que permita ir reactivando la vida, que no va a ser la misma de antes, no a ser igual. Y quizás con más respeto por la naturaleza, ya que nuestra invasión descontrolada, irrespetuosa de la naturaleza es la que nos puso en primer lugar en esta situación”.
Pablo Bonvehí, Jefe de la Sección Infectología y Control de Infecciones en CEMIC, coincidió en que lo que se viene es la flexibilización y la segmentación de la cuarentena y en que en esa etapa habrá que mantener medidas de prevención. “Tenemos que priorizar la protección de los grupos de riesgo, vamos a tener que seguir protegiéndolos para mantenerlos alejados de la posibilidad de infección”, sostuvo.
En una etapa posterior, en la medida que la pandemia vaya disminuyendo en su curva, “vamos a tener que concentrarnos en la identificación inmediata de los casos y el rastreo de los contactos, eso es en lo que se están focalizando los países en los que la curva está disminuyendo: identificar rápidamente el caso, los contactos y limitar la transmisión”, dijo.
También hizo un especial llamado a proteger al personal de salud. “Es fundamental seguir trabajando en la protección del personal de salud, necesitamos contar con los insumos para tener la protección adecuada; la cuarentena justamente nos ha dado tiempo para eso, pero sigue habiendo problemas de provisión de insumos porque la provisión mundial no da abasto y a nuestro país a veces no llega todo lo que necesitamos”.
Y finalizó con una mirada positiva a futuro. “Soy optimista. Creo que en las medidas terapéuticas vamos a tener novedades antes que para las vacunas, pero seguramente vamos a tener novedades. La vacuna es un desafío mayor todavía, porque hasta ahora nunca hemos tenido una vacuna para coronavirus en el humano, entonces no tenemos una base estandarizada, pero seguramente se va a lograr llegar a ese objetivo. Y creo que debemos aprovechar el aprendizaje de las medidas de distanciamiento social que, a lo mejor no hará falta mantenerlas como tales en el futuro, pero nos van a proteger contra otras infecciones, no sólo del coronavirus”
Fuente: Clarín Foto portada: Germán García Adrasti