El gobierno de Xi Jinping enviará sólo 300 aparatos y se necesitan 2.300 para cubrir una eventual crisis sanitaria; la compra directa a empresas argentinas y sus inconvenientes
La extensión de la cuarentena obligatoria anunciada por el presidente Alberto Fernández no sólo permitirá ampliar la estrategia oficial para aplanar la curva de infectados de COVID-19. También ayudará a ganar tiempo preciado para conseguir los insumos necesarios para mitigar el virus por una cuestión gravitante: China no enviará los 1.500 respiradores que había pedido la Argentina y ahora el Gobierno apostará fuertemente a la producción nacional para cubrir ese bache en una carrera contra el reloj en el avance de la pandemia.
La Argentina cuenta hoy con unos 700 respiradores para atender a enfermos graves de COVID-19, pero los epidemiólogos creen que se necesitarán al menos 3.000 aparatos para atender un pico de contagios. Es decir que si esa ola masiva de enfermos con coronavirus se da hacia mitad o fines de mayo, el tiempo que resta para conseguir los 2.300 respiradores restantes no es demasiado.
Según revelaron a Infobae allegados al ministro de Salud, Ginés González García, el Gobierno sólo logró hasta ahora el compromiso de la administración china de Xi Jinping por obtener 300 respiradores de Shangai que se sumarán a los 40 que ya se entregaron. Pero el país asiático no podrá ofrecer los 1.500 equipos que había pedido el presidente Alberto Fernández porque no cuenta con esa capacidad de respuesta.
“En el mundo hay un faltante general de respiradores y China no podrá abastecer los 1.500 que habíamos pedido, por lo que la apuesta del Gobierno será fortalecer la industria nacional. No se trata de un problema con China ni nada que se imaginen a nivel diplomático”, explicó el funcionario del Ministerio de Salud.
El Gobierno enviará un total de ocho vuelos a China para traer insumos sanitarios. El primer vuelo trajo 100 toneladas de insumos médicos, entre barbijos, guantes y trajes de protección. Pero no hubo respiradores en esos vuelos. Ya fueron tres viajes que hizo Aerolíneas Argentinas a China, hay otro vuelo en camino y cuatro más están previstos con destino a Shangai para el 30 de abril y los días 6, 8 y 11 de mayo, según dijeron fuentes de la Cancillería.
Se especuló mucho con que algunos de los vuelos que fueron a China traían los 1.500 respiradores. Sin embargo, en esos vuelos nunca llegaron y con la mejor suerte Argentina podrá traer 300 respiradores que prevé comprar no al Estado chino sino a empresas privadas de ese país. Alberto Fernández había pedido en marzo pasado por medio de una carta dirigida a Xi Jinping la entrega de 1.500 respiradores. El tema fue abordado luego en una reunión que el Presidente mantuvo con el embajador chino Zou Xiaoli. Pero en los últimos días la diplomacia china le comunicó que lamentablemente no podrán cubrir ese requerimiento. En la embajada de China en Buenos Aires se mostraron herméticos ante las consultas de Infobae sobre el tema.
Desde el Gobierno sólo aseguran que los precios en China para obtener un respiradores son exorbitantes: se llegan a ofrecer equipos por 50.000 dólares o valores más elevados.
Hay una dura pulseada comercial entre muchos países por obtener estos aparatos de suma importancia para el momento en que el COVID-19 se hace más intenso en los pacientes y se necesita de una asistencia artificial para respirar. Estados Unidos, varios países de Europa y Asia se disputan en China la adquisición de estos aparatos en una guerra comercial encarnizada y la capacidad de los chinos es limitada en estos momentos. A esto se le añade que hay componentes (unas válvulas especiales) de esos equipos que se fabrican en Alemania y otros países de Europa, por lo que se complica aún más el proceso de fabricación.
La Argentina comprará en China equipos a razón de unos USD 20.000 cada uno, según dijeron en Salud, aunque en el país elaborar los respiradores no cuesta más de USD 10.000 cada uno.
Apuesta por lo nacional
Con este panorama bastante complicado en términos de tiempo y de insumos, el Presidente ordenó al Ministerio de Salud a avanzar con la compra a productores nacionales de respiradores.
En la Argentina hay al menos tres empresas que fabrican estos respiradores y el Gobierno confía en que a mediados de mayo contará con la cantidad requerida para afrontar una pandemia en ascenso. Con los datos oficales de anoche de más de 3.780 contagiados y 186 muertos, la Argentina empieza a ver que la curva de COVID-19 podría empezar a escalar.
Una de las razones centrales por las que los epidemiólogos y especialistas de la salud le recomiendan al Presidente extender la cuarentena es la necesidad de aplanar esa curva en ascenso, pero también para estar “bien parados” en materia sanitaria frente a una eventual ola de contagios masivos.
El mismo Alberto Fernández admitió que se necesitan muchos respiradores aun ante una eventual situación crítica en mayo. “Ya le pedimos a las tres empresas locales que fabrican esos respiradores para que multipliquen sus esfuerzos”, dijo el jefe de Estado en relación al tema. Pero no quiso dar detalles de lo que cuenta hoy el Estado ni de lo que falta.
La realidad es que en esta carrera contra el reloj el Ministerio de Salud encomendó a las tres empresas que fabrican estos respiradores a acelerar la producción. Se hará una compra global de los 2.100 respiradores de industria nacional que faltarán para completar los 3.000 aparatos previstos. Y la compra se hará de manera directa sin pasar por licitación alguna según aseveraron en la Casa Rosada.
Patricio Keegan es uno de los dueños de la empresa Tecme que fabrica en Córdoba estos respiradores tan apreciados en estos momentos de pandemia.
“En los últimos 30 días aumentamos un 200% nuestra capacidad de fabricación con más instalaciones y personal técnico y esperamos habilitar una nueva línea de ensamble en muy breve tiempo para multiplicar esa capacidad”, expresó Keegan a Infobae.
-¿Tendrán posibilidad de dar respuesta inmediata al Estado?, preguntó este medio al referente de Tecme.
“Cuando empezó la pandemia en otras partes del mundo, tomamos rápidamente decisiones que nos permitieron escalar la producción, pero planificar el desarrollo incremental de un producto tan complejo lleva semanas y está sujeto a la entrega de componentes muy específicos para su armado. Venimos trabajando en un plan de producción en base a la disponibilidad de insumos locales e internacionales, con entregas semanales al Ministerio de Salud de la Nación”, dijo.
Según se pudo saber, en Tecme siguen trabajando intensamente y en equipo con sus proveedores locales y de diferentes países con el objetivo de garantizar la entrega de materiales, y seguir cumpliendo con las entregas pedidas por el Estado.
La situación de escasez de respiradores a nivel mundial no es obra sólo de China, asegura Keegan. “Estamos ante una situación sin precedentes, donde la demanda es muy grande. Somos pocas las empresas que fabricamos respiradores mecánicos para salas de terapia intensiva en el mundo. Un respirador es un soporte de vida y por lo tanto debe ser seguro y efectivo para su uso en pacientes. Son componentes muy específicos los que se necesitan para su armado, y muchos de ellos tienen plazos de entrega de varias semanas”, dijo el dueño de Tecme.
Ayer, Infobae adelantó que la empresa tucumana Pilot Endoscopy desarrolló un respirador artificial y, de acuerdo con sus directivos, la compañía cuenta con la capacidad de fabricar 1.200 unidades en menos de 45 días. Esta sería una gran noticia para la Argentina en estos momentos de emergencia si no fuera por un escollo no menor: para concretar esa propuesta la empresa de Tucumán necesita de las aprobaciones finales del Ministerio de Salud de la provincia y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Además, requeriría de una fuerte inyección de financiamiento que hoy no tiene.
A pesar de todo esto, en el Gobierno están convencidos de que podrán llegar a tiempo, quebrar los problemas que presentó China en el medio y contar para fin de mayo con los 3.000 respiradores necesarios para enfrentar una eventual crisis sanitaria de COVID-19.