A un mes de la cuarentena, la diva manifestó su desagrado por la disposición del gobierno porteño: “Me cayó pésimo esa decisión. Jamás pediré permiso para salir”.
“¡Esta pelotudez de que los mayores de 70 años tengamos que pedir permiso para salir me da un odio! Me cayó pésima la noticia. Es una ridiculez, es discriminatoria, estúpida y totalmente humillante”.
Susana Giménez atiende a Teleshow desde su casa de Barrio Parque, en donde pasa la cuarentena obligatoria que decretó el presidente Alberto Fernández el 20 de marzo. Del otro lado del teléfono, se escucha furiosa a la conductora por la decisión que tomó el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta al poner en vigencia la resolución que obliga a los mayores de 70 años a comunicarse con el servicio de atención ciudadana (número 147) antes de salir de sus casas, aviso que tendrá una vigencia de 48 horas.
“Yo me sé cuidar perfectamente. Lo he hecho toda mi vida. Nunca necesité nada de nadie. La gente mayor es la que mejor se cuida. Cuando uno tiene 20 años cree que nunca le va a pasar nada, pero los grandes no", explica la diva y agrega: “Me cayó pésimo esa decisión. Y jamás pediré permiso para salir. Mientras no haya que salir, no salgo y punto”.
Además, cuestionó el hecho de que “millones de personas tengan que llamar al 147: “¡Te volvés loca! Por favor, es minimizarlos. Quieren protegerlos entre comillas. Es una humillación, es faltarle el respeto a la gente más grande cuando ellos son los que más se cuidan", considera la conductora que integra el grupo de cuidadanos mayores de 70 años.
“A no ser que con esto quieran tapar lo que hicieron hace unas semanas con los jubilados amontados en los bancos. Ahí no les importaron que estuvieran tantas horas parados. Pobrecitos...”, analiza y sostiene que la disposición “es desagradable”. “Es una pifiada. La tienen que sacar porque nadie va a hacer caso. Yo fui libre toda mi vida, a esta altura de mi vida no voy a llamar para obtener un permiso".
Por su parte, Susana manifiesta su descontento con la limitación de operaciones en los bancos. “Es un corralito lo que estamos viviendo. No puedo sacar plata”, asegura y sostiene que debió vender dólares para poder pagarle el sueldo a dos de sus empleadas que no pudieron cobrar a través de un cheque, tal como la diva suele pagarle mensualmente. “Con todo lo que pasó, me atrasé con su pago", lamenta Susana, que se suma a las críticas que también habían hecho Moria Casán, Nacha Guevara y Graciela Borges.
Sus días de cuarentena
Con respecto a su rutina durante el aislamiento preventivo social y obligatorio, Susana cuenta que cocinó dos pollos -su hija Mecha compartió la foto de uno de los platos en las redes sociales- y que intentó hacer un flan, pero no obtuvo el resultado que esperaba. “Yo seguí la receta, pero no sé qué pasó. Cuando lo desmoldé parecía una cucaracha aplastada. De gusto estaba bárbaro, comí una cucharada, pero tenía un aspecto tan feo que no te daba ganas”, se sincera la diva que está en su casa acompañada por su empleada Deolinda.
“La estoy pasando fantástico. Tengo una casa grande, la verdad no me puedo quejar. He estado tan poco en mi casa, que no me molesta para nada estar adentro”, cuenta la diva y destaca que durante el año suele viajar bastante.
Pasa las horas del día entre el orden y la limpieza de los placares, por la noche aprovecha para ver un poco de televisión. “Sugirieron que no se vea tanto, pero que cada cual haga lo que se le cante. No me gusta todo lo que sea cortar la libertad”, expresa y explica: “Está bien que en los noticieros le digan a la gente que hay posibilidad de contagio. Así no salen de sus casas hasta que pase esto”.
“También es verdad que todos los programas hablan de lo mismo. Por eso recién prendo la televisión a la noche”, agrega quien elige ver una película antes de dormir.
También habla de la llegada de Rita, la cachorrita que recibió con un barbijo puesto en medio de la cuarentena. “La había comprado para llevar a mi casa de Punta del Este y que estuviera con sus hermanitas, pero pasó la pandemia”, cuenta y revela que hoy -por este lunes- la mascota “se fue al colegio”.
Ocurre que Rita es muy chiquita, juguetona y le están saliendo los dientes. Entonces, sin intención, lastima a Susana -"tengo los brazos y piernas lastimadas"-, es por eso que volvió al criadero “para que la eduquen” y regresará dentro de un mes.
“Además, la malcrié -admite- duerme conmigo, me despierta a las cinco de la mañana y ¡me empieza a comer el pelo!”, continúa sobre las aventuras de su nueva mascota.
¿Qué es lo primero que hará cuando se levante la cuarentena? “Quiero ir a mi casa de Punta del Este y quedarme allá con mis perros, que es lo que más me gusta en el mundo. Allá camino, voy al lago, podo, planto”, detalla sobre las actividades que realiza en su casa del país vecino.