China corrigió este viernes en un 50% su cifra oficial de muertos por el coronavirus en la ciudad de Wuhan, donde el virus fue reportado por primera vez, y aumentó en 325 las infecciones y en 1.290 las muertes ocurridas allí, en medio de críticas sobre los criterios de conteo y una eventual subestimación del número real de víctimas.
Tras la corrección, el número total de casos registrados en la ciudad es de 50.333, con 3.869 muertes, según la Comisión Nacional de Salud de China, que admitió un aumento del 50% de los casos fatales respecto a las cifras reportadas inicialmente (2.579) en Wuhan.
China se encuentra bajo una presión creciente en relación a la pandemia por parte de las potencias occidentales, con Washington a la cabeza, que ha planteado sucesivas dudas sobre la transparencia china en relación al tema.
Hoy, el portavoz de la cancillería china, Zhao Lijianel salió al cruce de esas acusaciones y negó haber ocultado datos, informó la agencia china de noticias Xinhua.
"Debido al trabajo duro de los médicos, existen razones objetivas que provocaron la demora y omisiones de registro, pero en ningún caso se trata de que se ocultaran los datos, no lo permitiremos", dijo el vocero quien reiteró que el Gobierno chino "mantiene una posición transparente y brinda información a tiempo a todos los países."
El funcionario enumeró entre las causas del error el creciente número de casos en la etapa inicial de la epidemia, la capacidad de admisión en las instituciones sanitarias, que el personal médico estaba preocupado por salvar a los pacientes, lo que resultó en informes tardíos, perdidos y erróneos.
Al mismo tiempo el portavoz rehusó comentar la posibilidad de que representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tengan acceso al laboratorio en Wuhan, de donde, según varios medios estadounidenses, escapó el virus.
Expertos y estudios aseguran que tanto los contagios como como las muertes por el Covid-19 se han subestimado en varios países, particularmente los miles de fallecidos con síntomas de coronavirus en geriátricos que han sido devastados por la enfermedad.