Estuvo en la quinta presidencial en medio de una fuerte reserva sobre la evolución de su cuadro médico; el vicepresidente firmaría hoy el traspaso, pero sin un anuncio formal; buscan desdramatizar la situación.
En medio de un fuerte hermetismo,Amado Boudou quedó a cargo del Poder Ejecutivo en reemplazo deCristina Kirchner, de reposo por un mes por el hematoma que, sorpresivamente, le detectaron en el cráneo.
Sin traspaso ni formalismos, anoche y en medio de horas de misterio, desde altas esferas de la Casa Rosada confirmaron que el vicepresidente está ya en funciones de manera "automática", según lo establece la Constitución Nacional, pero no precisaron qué funciones cumplirá el vicepresidente más allá de lo protocolar. "Las decisiones seguirán en manos de Cristina", adujeron.
"Asume directamente en caso de enfermedad o ausencia del presidente del país", respondió a LA NACION un funcionario del riñón más cercano a la jefa del Estado. Hoy mismo Boudou la reemplazará en un acto.
En un día de idas y venidas sobre quién estaba a cargo del Poder Ejecutivo, el vicepresidente habría quedado en los hechos al frente del Gobierno, y hoy deberá firmar ante el escribano general de la Nación, Natalio Echegaray, el acta que rubrica cada vez que Cristina sale del país. No habrá traspaso, aclararon fuentes oficiales, para quitarle dramatismo a la situación. Boudou ya la reemplazó cuando la Presidenta se tomó 20 días de licencia por la operación de la glándula tiroides, en enero del año pasado.
La confirmación de que el Ejecutivo queda a cargo del vicepresidente implica que Cristina estará ausente incluso de la firma de decretos o resoluciones, que no podrá hacer ni siquiera desde la quinta de Olivos.
La jefa del Estado cumplió ayer su primer día de reposo después de que se le detectara un hematoma en el cráneo, junto con una cefalea y un cuadro de arritmia. A pesar de que estará un mes sin actividad, ayer mismo comenzó a dar órdenes: pidió a todo su gabinete mantener en primer plano la gestión y la campaña electoral y les exigió a sus ministros que acompañen a los candidatos oficialistas en todo el país y sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Para mantener activo el Gobierno, Cristina ordenó mantener en pie el acto que hoy a las 11 tenía en agenda en la Casa Rosada para entregar nuevos móviles para Gendarmería Nacional, con el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli. También estará Martín Insaurralde y lo encabezará Boudou.
Esa presentación fue la única certeza de un día en el que el Gobierno se volvió a resguardar en el silencio. El vicepresidente volvió a Buenos Aires anteayer desde Brasilia, adonde había viajado para mantener un encuentro con su par del Senado del país vecino. Alertado por la Casa Rosada a primera hora de la tarde, debió suspender su viaje a Cannes, Francia, donde hoy iba a comunicarse vía teleconferencia con la Presidenta. Con la licencia de la jefa del Estado, ahora será él quien esté a cargo del acto desde la Casa Rosada y la delegación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), a cargo de Liliana Mazure, mantuvo el viaje.
Según el único parte médico leído anteayer por el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, la Presidenta padeció un cuadro de "colección subdural crónica", una acumulación de sangre entre el cráneo y la meninge, provocada por un golpe ocurrido el 12 de agosto, del que aún se desconocen los detalles. La información oficial indicó que la Presidenta fue anteayer a la Fundación Favaloro "para realizarse un estudio cardiovascular por una arritmia en estudio" y que ante un cuadro de cefalea se le hizo un estudio neurológico. De ese análisis surgió el diagnóstico de hematoma en el cráneo. El mes de reposo es para que se reabsorba solo. Si esto no sucede, será operada.
PEDIDO
Aunque está de reposo, la Presidenta se mostró ayer activa. "No aflojen con la gestión", fue el mensaje que transmitió a los ministros que llamaron a sus secretarios para saber cómo seguía el día a día del Gobierno. Los colaboradores presidenciales les dijeron al menos a dos altos funcionarios que debían mantenerse en actividad tanto en la gestión como en la campaña electoral.
En el Gobierno había ayer sorpresa e incertidumbre. La mayoría de los funcionarios y dirigentes políticos más cercanos a la Presidenta desconocían el real estado de salud de la jefa del Estado. Sostenían que no era grave, pero sí preocupante, sobre todo por el hecho de que haya aceptado el consejo médico de tomarse un mes en medio de la campaña.
Esa situación obligará a Cristina Kirchner a estar ausente incluso el domingo 27, el día de la votación. "Sabemos que merece atención, pero se tomó de una manera menos dramática de lo que fue la operación por la tiroides", analizó un funcionario.
Según describieron fuentes oficiales, Cristina estuvo ayer en Olivos acompañada por sus hijos, Máximo y Florencia; por su madre, Ofelia Wilhem, y su hermana Giselle. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, eran los encargados de llevar tranquilidad al resto del equipo de colaboradores.
"Hay que darle volumen a la gestión", insistían anoche, transmitiendo los pedidos presidenciales y en busca de dar una sensación de tranquilidad. El resto fue silencio y misterio.