El principio del fin de la pesadilla comenzó hoy para la gran mayoría de los 959 argentinos que, en medio de la emergencia mundial por el coronavirus , se encontraban varados desde hacía días en un crucero Costa Pacífica . Este había zarpado de Buenos Aires a principios de mes y después de una odisea finalmente atracó esta mañana a las 7.25 en el puerto de Génova. El barco había pasado antes por Barcelona y Marsella, donde nadie dejó desembarcar a los argentinos.

Según pudo saber LA NACION de fuentes de la embajada argentina en Italia, a primera hora de la tarde los pasajeros finalmente pudieron bajar del crucero para subir de inmediato a unos colectivos que los llevaron al aeropuerto Cristoforo Colombo de Génova. 

Desde allí, después de hacer los controles sanitarios y trámites migratorios correspondientes, tal como había previsto la embajada argentina ante Italia, el consulado de Milán y la empresa Costa, en tres tandas comenzaron a partir en tres vuelos chárters de la empresa Neos Air de la familia Rattazzi. El primer vuelo despegó poco antes de las 19 locales (las 15 en la Argentina), confirmaron a LA NACION.

"Por suerte entre los pasajeros no había nadie contagiado porque la última vez que habían podido bajar a tierra fue el 10 de marzo en Brasil y después siempre se quedaron en el barco, sin poder bajar en ningún otro país europeo", dijo a LA NACION una fuente de la embajada, que de todos modos advirtió que al regresar a Buenos Aires seguramente deberán hacer cuarentena, pese a no haber pisado casi territorio italiano.

Solo un grupo de 100 pasajeros quedó en el crucero, a la espera de que se organice un ulterior vuelo chárter de repatriación. En este grupo se encuentran las personas que no habían comprado con la compañía naviera un pasaje de ida-vuelta, sino que tenían pensado quedarse en Europa y regresar en avión a la Argentina desde otras ciudades, en vuelo que ya fueron cancelados.

Fuente: La Nación