María Eugenia Vidal y Enrique “Quique” Sacco partieron este jueves rumbo a París, Francia, en lo que será su primer viaje como pareja. Lejos de ocultarse de la prensa, antes de embarcar la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires y el periodista deportivo brindaron un móvil en vivo con América en el cual por primera vez hablaron públicamente de su romance.
Confirmaron que el primer encuentro se produjo el sábado 3 de agosto cuando ambos fueron como invitados a La noche de Mirtha Legrand, en El Trece. “Fuimos por distintos motivos. Fue casualidad”, aclararon. “Mirtha se adjudica el rol de celestina...”, sugirieron en Involucrados, el ciclo que conduce Mariano Iúdica. “¿Por qué no?”, retrucó Vidal, cómplice.
Luego de aquella primera cena televisada, María Eugenia y Quique continuaron el contacto a través de mensajes. Pero la cita debió esperar: por entonces ella estaba en campaña, buscando un nuevo mandato. “Después de las elecciones volvimos a contactarnos", explicó la dirigente. Y allí se produjo la segunda cena entre ellos, esta vez, sin testigos, “en un restaurante público ubicado en el centro de la Ciudad”. "(La pasamos) muy bien, y ahí nos empezamos a conocer...”, continuó Vidal sobre aquel encuentro.
Entonces, Iúdica le preguntó al periodista si se había inhibido a la hora de invitar a salir a quien por entonces comandaba la provincia más importante del país. Pero Sacco no dudó en su respuesta. “Nunca me fijé si era la gobernadora. Esa noche (por el programa de Mirtha) me di cuenta que detrás de la gobernadora, de la figura pública, había una mujer que me interesaba y que quería conocer: Y fue eso. Nunca pensé en su cargo, en su posición ante la sociedad. Lo más importante para mí es esto”. Él la “admiraba mucho”, al tiempo que ella no lo conocía personalmente, solo “por su carrera pública”, siendo un referente del periodismo deportivo.
Pese a mostrarse un tanto incómodos por dialogar con la prensa (incluso se negaron a darse un beso pese a la insistencia de los integrantes del programa), se permitieron una humorada política. Fue cuando Luis Ventura, desde los estudios de América, les remarcó que “la campaña corta todo”, en referencia a cómo se interpone en la vida privada de los dirigentes. “La campaña era muy intensa, y exigía mucha energía”, reconoció Vidal. “Menos mal, te digo, menos mal... Podemos viajar”, suspiró Sacco con una sonrisa, respecto al resultado de unas elecciones que consagraron gobernador al rival de su pareja, Axel Kicillof. Y es que, de haber sido reelecta, este romance quizás nunca hubiera ocurrido.
María Eugenia Vidal se separó de Ramiro Tagliaferro, ex intendente de Morón, en marzo de 2016 luego de un matrimonio de 18 años y tres hijos en común. Por su parte, Enrique Sacco quedó viudo de la periodista Débora Pérez Volpin en febrero de 2018, tras una intervención quirúrgica “imprudente y negligente” del endoscopista del Sanatorio de La Trinidad, de Palermo.
Cuando las versiones del romance se hicieron públicas, tanto María Eugenia como Quique lo desmintieron porque aún no habían podido contárselo a su círculo íntimo. “Los primeros que se enteraron fueron Agustín y Luna (los hijos de Pérez Volpin, con quienes mantiene un estrecho vínculo), en una comida de un sábado a la noche, y la noticia explotó un lunes. Lo desmentimos porque tenía que saberlo nuestra gente, nuestros afectos, los que estuvieron siempre apoyándonos, y no es algo que lo podían saber por WhatsApp. Queríamos contarlo personalmente”, explicó el periodista.
Una vez que sus afectos estuvieron al tanto de la relación, ya todo cambió. “Intentamos tener una vida normal -dijo Sacco-. Apareció la foto, ahora nos vamos de viaje, queremos tener una vida normal”. Luego del móvil, hicieron el check in para un vuelo que despegaría 14.20. Durante el trámite, Vidal accedió a tomarse fotos con varias personas que se acercaron a saludarla, felicitándola por el noviazgo con Sacco. “Queremos un beso”, rogó el movilero, por última vez. “La próxima...”, prometió la ex gobernadora.
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Fuente Infobae