Distintas escuelas de la región ya utilizan TICMAS para enseñar con la modalidad de aprendizaje basado en proyectos. De qué se trata la iniciativa.
La modalidad de aprendizaje basado en proyectos (ABP) sigue ganando terreno. En este caso, una escuela chilena expuso las iniciativas que sus alumnos desarrollaron de la mano de la mano de TICMAS, una plataforma que acompaña a estudiantes, docentes e instituciones educativas en la transformación digital.
“El aprendizaje basado en proyectos es una nueva manera de organizar el aprendizaje. Los estudiantes empiezan a investigar un problema del mundo real en equipos y construyen algo, un producto final como respuesta a la problemática inicial”, explicó Eevamaija Vuolla, coordinadora de ABP en TICMAS.
La plataforma de origen argentino ya se utiliza también en algunas escuelas chilenas. Tal es el caso de la Escuela Básica Juan Moya Morales. Hace unos días, en el colegio se desarrolló el festival de ABP, donde se presentaron proyectos interdisciplinarios de matemática, ciencias, música y artes visuales.
Manuel González, director del colegio, señaló: “A pesar de los buenos resultados que suele conseguir la escuela, nos dimos cuenta de que faltaba algo más. Nos faltaba un componente colectivo. Así llegamos a ABP. Buscando cómo cambiar la manera de enseñar para niños que ya no son los mismos de antes”.
A su vez, el director agregó: “Veo estudiantes que están desarrollando procesos de autonomía muy interesantes. Estudiantes que son capaces de enojarse porque saben que son capaces de hacerlo mejor. Ahí viene esa dinámica de cómo convenzo a mi compañero de que trabaje porque el producto de todos es mi producto. Genera una dinámica colectiva”.
TICMAS se plantea tres objetivos centrales: fomentar la inclusión digital, el desarrollo de habilidades blandas y el aprendizaje basado en proyectos. Busca romper con las clases tradicionales, compartimentadas por materias. Facilita la planificación de los proyectos, la colaboración entre docentes y estudiantes y la evaluación durante el proceso de aprendizaje. La iniciativa pretende potenciar el trabajo colaborativo, con la mirada puesta en la resolución de problemas.
Los profesores ven como una ventaja la posibilidad de mezclar asignaturas, ir avanzando por pasos, evaluar el durante y hacer correcciones para llegar a un buen producto final. Los alumnos suelen destacar que se divierten más, que los ejercicios son más desafiantes a las que están acostumbrados. También que suelen desarrollar una actividad central, pero poco frecuente en el aula: trabajar en equipos.
“Lo que busca es mejorar los aprendizajes de los estudiantes. Eso como fin último. Los que trabajamos en educación queremos indagar en todas las metodologías que puedan dar resultado y que puedan contribuir a reforzar los aprendizajes”, planteó Alejandra Alarcón, asesora técnica.
Los proyectos, en general, son de largo aliento. Arrancan con una problemática del mundo real, como lo puede ser el cambio climático o la ciberseguridad. A partir del análisis y la mirada desde distintas materias, los estudiantes avanzan paulatinamente. Hacen presentaciones de sus avances y reciben el feedback de sus docentes que los conduce hacia el producto final.