El jefe del ejército de elite opinó que el presidente de su país "debería haber rechazado hablar con el mandatario estadounidense por teléfono".
TEHERAN (AFP).- El ala dura del radicalismo iraní ya hizo hoy su primera queja pública por el acercamiento entre el presidente de ese país, Hassan Rohani, y su par estadounidense, Barack Obama, quienes hablaron por teléfono el viernes pasado en el primer contacto directo entre líderes de esos países desde 1979.
"El presidente mantuvo una posición firme y adecuada durante su estadía en Estados Unidos, pero de la misma forma en que se negó a reunirse con Obama debería haber rechazado hablar con él por teléfono y esperar acciones concretas del gobierno estadounidense", declaró el jefe de la Guardia Revolucionaria, el ejército de elite del régimen iraní, el general Mohamad Ali Jafari a Tasnimnews.com.
La semana pasada, en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, Rohani y Obama avanzaron en el -hasta hace poco inesperado- acercamiento entre ambas naciones, que rompieron lazos diplomáticos después del asalto de iraníes en la Embajada de Estados Unidos en Teherán y el secuestro de funcionarios por más de un año.
En sus respectivos discursos, los mandatarios señalaron que apostarán por la vía diplomática para llegar a un acuerdo nuclear en el que Teherán formalice su compromiso a no producir armas con capacidad atómica, como Occidente sospecha que está haciendo. Las negociaciones están a cargo del llamado grupo "5+1", que conforman los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) más Alemania, después de la parálisis provocada bajo el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad.
El objetivo de la estrategia diplomática de Rohani es reanudar las conversaciones sobre su programa nuclear para buscar alivio de las sanciones occidentales que asfixian a la economía iraní.
Estados Unidos e Irán rompieron lazos diplomáticos en 1980, después de que un grupo de estudiantes islámicos asaltara la Embajada norteamericana en Teherán, con el aval del entonces líder supremo iraní y fundador de la República Islámica, Rujolá Jomeini, y retuvieron a 52 personas -entre ellas numerosos estadounidenses- durante 444 días.
Ahora, después de 33 años, el nuevo presidente iraní, elegido el pasado 14 de junio, con el permiso del líder supremo del país, Ali Jamenei, ha decidido mejorar todas sus relaciones internacionales, a excepción de Israel, Estado al que la república islámica iraní no reconoce. El primer ministro israelí, por su parte, dijo desconfiar de las intenciones de Rohani, y llevará hoy ese planteo a Obama en una reunión bilateral que mantendrán en la Casa Blanca.