Vicentico atiende, saluda y pregunta "¿Hace calor?". Por respuesta, recibe un "Está pesado e inestable" al que arremete de la siguiente manera: "Como el país, como debe ser".
La entrevista se realiza los días previos a la elección presidencial y el cantante acaba de lanzar un simple titulado Freak, una palabra que tiene por sinónimos a "fenómeno" (en el sentido despectivo) o a "extravagante" (en el sentido de que no se ajusta a lo previsible, a un deber ser).
Pero al comienzo de esta entrevista promocional enfatiza su condición de ciudadano a pie, lejos del raro que pregona ser en la canción, y pone el foco en el devenir sociopolítico que en los días previos lo tuvo dando una opinión contundente.
"No estoy de acuerdo en un cien por ciento con todo pero me parece imprescindible que se vaya Macri. Desde que empezó tengo el deseo de que termine su mandato", dijo al aire de Rock & Pop en diálogo con Jay Mammon. "Está pesado, se tiene que terminar", insiste el líder de Los Fabulosos Cadillacs, cuyo simple reciente fue promocionado poniendo énfasis en lo que no es.
"No es trap, no es rock, no es pop… Es Freak", reza el texto promocional, que opera sin proponérselo como epígrafe de la foto que lo acompaña, en la que Vicentico mira con el gesto altivo que se le conoce.
Sony Music, el sello editor, sugiere que Vicentico es un mundo aparte, algo que el artista no sabe cómo reforzar. "Freak es una canción, apenas eso. Podría decirte que es correcto todo lo que dijiste (que soy un fenómeno, que soy un extravagante) y, a la vez, que podrías estar totalmente equivocado", asegura Vicentico, como apuntalando la alternativa de mostrarse como un enigma.
"Freak es un pequeño pensamiento pop sobre una estupidez. Y a la vez, quiere decir todo. Todo es un poco exagerado en la canción, desde la letra, hasta los arreglos, el audio, el modo en que está cantada. Todo está llevado a un límite de exageración y de histeria que parece que quiero exaltar una idea. No es súper serio, pero también lo es. Juega con eso porque tampoco lo tengo muy claro. No podría decirte que soy eso y, a la vez, sí lo soy. Obvio que lo soy", amplía.
Vicentico es hijo de una pareja de titiriteros legendarios. Es decir que nació y creció en un familia bohemia en la que, supuestamente, no costó despuntar como artista, darle rienda suelta a la extroversión, al fulgor creativo. A ser un freak.
"Hay un punto que das como en la tecla, por más que vengas de una familia de artistas –observa–. Crecí en un barrio, me gustaba jugar a la pelota… Sin embargo, era una especie de rarito al que le gustaba bailar, quería ser bailarín. Mis amigos se reían y todo, pero nunca me importó ni me dolió. Me gustaba la idea de tomar otro camino. Igual, eso no me hace a mí diferente al resto ni indiferente a lo que vive. Es lo que es, no pasa nada".
–"Freak" tiene una latinidad poderosa, ¿seguirá esa línea el resto del disco?
–El resto no es más sosegado y tienes otras canciones con una latinidad más poderosa que la de Freak. Es un disco ecléctico, muy de laboratorio. Hay mucho del disco que es mi propio delirio tonto en interacción con la computadora, y otras cosas que tienen eso mismo pero compartido con un montón de músicos. Es bastante personal, no es un disco de un cantante como otros míos en los que todo está armado para que brille la voz solista. Esto es otra cosa. De todas maneras, estoy en pleno proceso por lo cual me cuesta mucho definir.
–"Ultimo acto”, tu disco anterior, tenía un documental en el que se te vio con Cachorro López de estudio en estudio, de Kingston a Los Ángeles, previo pasaje por Nueva York. ¿Qué tan distinto es lo que se viene?
–Nada que ver. En este caso todo se limita de Buenos Aires a Nueva York, y a un trabajo de coproducción con Héctor Castillo (Bowie, Björk, Lou Reed y Cerati). Aquel disco era uno "de cantante", tal como te decía. Tenía una búsqueda de canciones cerrada, con sus puentes, estribillos. Esto es más desorganizado, si querés. Estoy copado, es en la que me embarqué. No sé por qué, tampoco, eh. Me salió así. Mejor dicho, me está saliendo así.
Vicentico dice que, cuando era niño, quería ser bailarín. (Sony Music)
Lado oscuro
El lanzamiento de Freak tuvo como anabólico un clip en blanco y negro que resultó de la colaboración entre Vicentico y La Sagrada Familia, el nuevo laboratorio de contenidos creado por Pucho Mentasti y los hermanos Nico y Pepe Puenzo.
"El corto es un homenaje libre y freak a la psicodelia de los pioneros de la animación y el cine, donde Vicentico deambula por un sueño surrealista, bailando entre dibujos animados y ansiolíticos", fundamentaron los productores y directores de una realización audiovisual que, en algún punto, también conecta con Guasón (2019, Todd Phillips) por eso de que el freak de Vicentico es un payaso que sugiere la existencia de un lado oscuro.
–¿Tenés un lado oscuro o sos un tipo feliz?
–Tengo un lado oscuro, sí. Cuando está creciendo, uno no quiere aceptar su lado oscuro. Pero en mi caso, por la edad que tengo y por lo que viví, a mis lados oscuros ya los visualicé, los analicé y los pude controlar. Con lo cual, no tengo mucha crítica ni para mí ni para el resto en ese aspecto. Tengo en claro que todos tenemos miserias y bajezas.
Y soy feliz porque soy medio tonto, medio tarado. No tengo mucha idea, vivo contento. Puedo estar muy triste, aunque si estoy muy triste no hago nada. Para mantenerme activo, necesito ver que la vida brilla. Me gusta ver la vida brillar. Soy medio tonto porque me gusta ver el lado luminoso de las cosas. Es una decisión personal vivir la vida así, pero hay gente que no tiene esa posibilidad. Yo sí puedo decidir ser feliz, ¿me explico?
–Perfectamente. Te cambio de frente: ¿Será un show despedida el de Los Fabulsos Cadillacs en el Lollapalooza?
–Para nada. Todo lo contrario. Nos invitaron a tocar y nos pareció la idea perfecta para juntarnos. Para nada es la última presentación, nos quedan infinitas.
–Después de la gira de "La salvación de Solo y Juan" quedó la sensación de que el grupo estaba en eterno suspenso.
–Bueno, para el afuera se ve así. Para nosotros, en cambio, significa que nuestras fechas son espaciadas. En vez de una o dos semanas entre shows, pueden pasar tres años. No le veo la diferencia.
Vicentico sugiere que Los Fabulosos Cadillacs tocarán por siempre. (Sony Music)
Entre colegas
–¿Qué responsabilidad tenés en la conversión como solista de Florián, tu hijo?
–Ninguna. No tengo ninguna responsabilidad sobre lo que haga Flor con su vida musical. La única responsabilidad que tengo es la de escucharlo con amor, con alegría. Le doy consejos tanto como él puede dármelos a mí. Somos colegas. Tengo admiración por él como tengo por otros tantos músicos. Pero al ser mi hijo, puede que observe todo con un amor especial. No obstante, intento ser objetivo y me sorprende todo el tiempo. Me parece recapo, me alucina que tenga tan claro cómo hacer una canción siendo tan joven. Me produce admiración que alguien tan joven tenga tan acabada la idea de cómo escribir algo conmovedor.
Vicentico extiende este análisis al fenómeno protagonizado por Duki, el trapero con el que compartió uno de los temas que distinguió a la tercera temporada de El Marginal. "El trap es algo que conecta con la vibra de este tiempo. Pibes sacando todo su ardor afuera con su compu como aliada. Duki es eso. Es como Los Cadillacs cuando largamos", dice el mismo artista que, arriba, aclaraba que Freak no era un trap. Con esta revelación no incurre en una contradicción sino que exalta la osadía de la nueva música joven.
–Otro cambio de frente: Hace apenas unos días actuaste en Santiago de Chile, ¿sentiste la calma que antecede al huracán?
–Sería torpe de mi parte decirte que presentía algo. Esa calma estaba ahí desde hace 30 años. Y de repente, se acabó. Más allá de la tristeza y el dolor de que haya gente muerta, es muy emocionante saber que algo empieza a cambiar.
Fuente: La Voz