El conductor y pescador del popular programa de Discovery Channel, Jeremy Wade, visitó Argentina y la revista Weekend lo entrevistó. Qué dijo.
Jeremy Wade es un inglés “very polite”, como suelen ser los ingleses, con su media sonrisa pintada en la cara y su trato gentil y su hablar pausado. Pero tiene, sin embargo, un plus que lo diferencia de otro inglés: es un aventurero, un pescador extremo que prefiere los pantanos con malaria y mosquitos a la comodidad de un tecito enfrente del Big Ben. Y es muy solícito a compartir experiencias de sus viajes por el mundo, buscando los Monstruos de Río, tal como ha llamado a su programa, que se emite en nuestro país por cable en Discovery, los jueves a las 23.
Su ciclo es mundialmente famoso y millones de espectadores siguieron sus peripecias en el Congo buscando al goliath fishtiger, lo vieron pescando siluros gigantes en la India, arapaimas en Brasil o fatigarse hasta el cansancio tras batallar cuatro horas con una raya gigante en Corrientes. Precisamente, en su regreso a la Argentina tras aquella experiencia litoraleña, vino a buscar dorados. Y al término de sus dos semanas de rodaje charló con Weekend en un hotel porteño, antes de regresar a Brasil a complementar una pesca que no tuvo el resultado esperado.
Puesto a contarnos sus experiencias en nuestro territorio dice: “Ha sido un placer volver a la Argentina. De esta pesca reciente no puedo adelantar nada porque se va a ver recién el año que viene. Sin embargo, todo el mundo sabe informalmente que he estado pescando en la Argentina. ¿Que cómo me fue? No puedo decirlo, pero lo dice mi sonrisa”, afirma Wade sin poder adelantarnos nada, pero sabemos que logró al menos un dorado de 20 kilos en Concordia.
Raya gigante
“Con respecto a mi viaje anterior, fue una experiencia magnífica, donde he tenido la oportunidad de luchar con una raya gigante en Corrientes, por casi cuatro horas. ¡Pero eso fue mi culpa! Normalmente, uso una sola caña y me focalizo en ella. Pero esa vez estábamos en la última jornada de filmación y no habíamos logrado el pez que queríamos. Entonces acepté poner una segunda caña… y el pique se dio en ese equipo, que tenía una línea de 80 libras, pero la caña era demasiado liviana. Por eso duró tanto la pelea, que me dejó brazos y espalda muy doloridos.