Adolfo Uriona habló para Radio Río Cuarto y comentó acerca de la caravana del Santísimo Sacramento y la bendición de las calles con agua y sal que realizó el padre Osvaldo Leone en la localidad de Sampacho.
En la columna de jueves de Mabel Sánchez, la periodista se comunicó con el obispo Adolfo Uriona, quien explicó que lo sucedido se contextualiza en lo que es la adoración perpetua, una iniciativa de la Iglesia católica mundial en la que las personas se inscriben por turnos para adorar al Santísimo las 24 horas del día en todo el mundo.
En la Diócesis hay 24 capillas de adoración perpetua, 4 en la ciudad de Río Cuarto.
“Es algo maravilloso porque los cristianos creemos que debemos construir el reino por la gracia de Dios, que se pide por la adoración. Muchas personas encuentran un alivio a su corazón, es una entrega y a su vez rezan por la familia y el templo”, explicó Uriona.
El Obispo comentó que esta realidad también se da en pueblos más chicos, como es el caso de Sampacho, que el 15 de septiembre celebró la creación de la capilla para la adoración perpetua y “el modo en que lo hizo el padre Osvaldo fue a través de una procesión con el Santísimo expuesto y una bendición de la ciudad. Nos llamó la atención que lo tomaran como un exorcismo, porque se hizo una bendición en toda la ciudad al igual que se hace en una casa”.
Uriona señaló que antiguamente la sal se usaba dándose a los niños en el bautismo, “tiene un sentido místico de purificación y se buscó bendecir a todo el pueblo, como se concreta desde hace 5 años y este año se hizo por la tarde por pedido de la comunidad” explicó.
El Obispo planteó que "la bendición con agua y sal no es un exorcismo”, puede haber llamado la atención el uso de los regadores, pero el motivo por el cual se utilizaron fue para poder llegar a todos los rincones del pueblo, “cuando uno bendice una casa, en el momento que uno arroja el agua quieren que uno vaya a todas los rincones y esa ha sido la intención del padre, llegar a todos lados”.
Para finalizar su diálogo con Mabel Sánchez, Uriona manifestó su mirada sobre la sociedad “creo que vivimos momentos desafiantes por la cultura en la que estamos insertos. Este es un cambio de época, un cambio cultural muy grande que afecta a la fe y a la institución eclesial, y el Papa Francisco nos ayuda a tener una visión amplia de los acontecimientos”.