El británico comparte en redes los satisfactorios vídeos de cómo dibuja.
Si estás pensando en que estos garabatos no son arte, no te molestes en escribirlo en la sección de comentarios. Su autor, el ilustrador británico de 24 años Mr. Doodle, también lo cree. "Estoy de acuerdo, en cierto modo. No me interesa hacer arte como mensaje político ni como forma de protesta. Prefiero luchar contra todo lo malo del mundo creando optimismo. Lo que dibujo es universal, así que une a personas de procedencias distintas y puntos de vista distintos", comenta Sam Cox (su nombre real) a Verne.
Sus doodles, casi siempre en blanco y negro, llenos de detalles y complejos patrones, dan nombre profesional al británico y también definen su personalidad creativa. Más de 2,4 millones de seguidores observan sus creaciones a través de su cuenta de Instagram.
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Él mismo define su "arte" como el resultado de un comportamiento obsesivo compulsivo. "A los 9 años empecé a dibujar todo el tiempo y sobre cualquier superficie posible. Incluso en los muebles de mis padres. Al principio no les hizo mucha gracia, pero vieron potencial en ello y solo me pidieron que cubriera las cosas con papel", recuerda Mr. Doodle. Eran tiempos en los que vivía enganchado a los dibujos de Tom y Jerry y a "los personajes alocados" que aparecían en las series de Cartoon Network (el canal de Vaca y pollo, Las Supernenas y El laboratorio de Dexter).
Un día, cuando era estudiante universitario, decició garabatear sus prendas de vestir. Fue a clase con ellas y uno de sus profesores decició llamarle "Sam the Doodle Man" (Sam, el hombre garabato).
Ahora intercalara los rotuladores con las tablets, desde las que dibuja y también edita los vídeos que comparte en redes mostrando cómo crea sus ilustraciones. "Me parece tan importante que el espectador observe el proceso de trabajo como que disfrute del resultado final. Me gusta trabajar en directo, ante una audiencia, porque es como una performance. Es un proceso estresante, pero las reacciones de la gente influyen en lo que hago y lo enriquecen", cuenta Cox.
En marzo de 2019, llevó en una de esas intervenciones en vivo al metro de Ciudad de México. La cadena de dibujos que forman sus obras, a menudo parecidos a los emoticonos de nuestros móviles, nacen de forma improvisada. "Solo a veces, el dibujo parte de un concepto inicial", dice. En este mural mexicano incluye guiños a la cultura del país.
Aunque América y Europa fueron los primeros en valorar su trabajo, Mr. Doodle está recibiendo cada vez más llamadas de Asia para participar en proyectos de todo tipo. Colabora con museos y galerías de arte de todo el mundo, con marcas de moda y tecnología y con instituciones públicas, aunque de momento no ha trabajado en España.
Acaba de regresar de Tokio y en pocos días viajará a Kioto para seguir customizando Japón. La pasión asitática por los doodles de Cox se explica en la influencia que el videojuego ejerce sobre sus ilustraciones. Y no solo en sentido estético, también en su narrativa.
Tras triunfar como Mr. Doodle, Cox creó un personaje paralelo con el que darle un pequeño giro a lo que ya había hecho hasta ese momento. Se llama Dr. Scribble y funciona como gemelo malvado de su identidad principal, parecido a lo que ocurre en los guiones de Super Mario. El villano tiene su propia cuenta de Instagram. Mientras que Mr. Doodle dibuja principalmente en negro sobre fondo blanco, Dr. Scribble invierte el patrón y dibuja en blanco sobre negro.
Además de la referencia obvia al artista pop de los 80 Keith Haring, Mr. Doodle y Dr. Scribble se fijan también en el español Pablo Picasso. "Me impacta cómo se superponen las figuras humanas y animales en el Guernica. Puede que no comparta temática con el cuadro, pero su composición visual sí que ha influido en lo que hago", comenta Cox.