La incontinencia urinaria puede llegar a generar conflictos de toda índole en las mujeres que lo padecen: de pareja, aislamiento social o laboral y muchas veces no suele recibir el tratamiento adecuado.


Los motivos pueden ser diversos y se puede dar por mínimos esfuerzos, por urgencia o pérdidas involuntarias.


La incontinencia urinaria puede aparecer en mujeres de cualquier edad y resulta más frecuente de lo que se piensa. Este trastorno tan molesto, que hasta puede llegar a generar conflictos de toda índole, de pareja, de aislamiento social o laboral y muchas veces no suele recibirse un tratamiento adecuado a pesar de que en este momento hay técnicas avanzadas para combatirlo de manera eficaz en la mayoría de los casos.


La incontinencia de esfuerzo afecta en general a aquellas mujeres que han padecido un prolapso de vejiga y hace que ante esfuerzos mínimos como el de un estornudo se escapen pequeñas cantidades de orina.


La incontinencia de urgencia, por su parte, es aquella en que la vejiga se contrae involuntariamente. Las que la padecen sienten deseos de orinar, pero no llegan a tiempo al baño.


También está la vejiga neurogénica que se presenta en mujeres con afecciones neurológicas o lesiones medulares y sucede cuando a vejiga se vacía en forma refleja al llenarse con solo un poco de agua.

Sea el tipo que sea la incontinencia urinaria puede generar diversos trastornos, de pareja, ansiedad, depresión, aislamiento social y también ausentismo laboral.


De acuerdo a los especialistas, esta afección genera severos trastornos en la calidad de vida ya que muchas mujeres de las que la padecen, limitan su vida social, familiar, afectiva y sexual por la frecuencia con la que deben correr al baño o hacerse la idea de usar pañales de adultos que deprimirán más a la mujer.


Pero hay tratamientos para esta pérdida involuntaria de la orina. Comenzando por realizar un diagnóstico ginecológico para detectar insuficiencia funcional de esfínter uretral o vejiga.


Las causas de esta patología son varias: sequedad en la piel, en la vagina o en la uretra, especialmente después de la menopausia. estreñimiento crónico, infección del tracto urinario, problemas de diabetes, enfermedad neurológica o cirugía de columna.


La incontinencia por estrés es la más frecuente, sucede cuando se realiza algún esfuerzo, cuando se tose, se ríe, se levanta algo de peso o cuando se realiza ejercicio.


Asimismo ocurre cuando los músculos pélvicos se debilitan, por ejemplo por el parto o por alguna cirugía. Es importante saber que la incontinencia urinaria no es sinónimo de cirugía.

Mucha gente se confunde con vejiga caída, pero ésta última es un problema anatómico de los tejidos. El tratamiento de incontinencia urinaria depende del diagnóstico. Algunas modalidades de tratamiento son: ejercicios de piso pélvico, bioestimulación, medicamentos específicos, posible cirugía.


Actualmente existen diferentes medicamentos para la corrección de incontinencia urinaria como oxibutinina, imipramina, estrógeno local, etc.


Prevención, siempre es mejor que la cura. Una dieta alta en fibras con ingesta adecuada de líquidos para prevenir constipación. Disminuir la ingesta de refrescos dietéticos, la cafeína produce hiperexitabilidad de la vejiga.


Precisamente son las mujeres quienes más sufren este trastorno, ya que hay estudios que aseguran que entre el 20 y el 50 por ciento de las mujeres padece incontinencia a lo largo de su vida. No es fácil vivir con este problema, ya que de improviso la orina se escapa aunque sólo sean algunas gotas, pero las mujeres que lo sufren sienten que es un verdadero trastorno.


La pérdida involuntaria de orina es más frecuente a partir de la menopausia, ya que aumenta con la edad y es un trastorno más frecuente de lo que se pueda pensar.


En cuanto a las mujeres jóvenes que sufren de pérdida involuntaria de orina se centran principalmente en el embarazo. La mujeres de edad avanzada tienen más probabilidad de padecer incontinencia, ya que su tejido pélvico se va debilitando con los años.