El pontífice estableció nuevas directivas para el Banco Vaticano, con una apuesta por la transparencia y la independencia de su organigrama.
El papa Francisco publicó este sábado un nuevo estatuto para el Instituto para las Obras de Religión, (IOR), el denominado "Banco del Vaticano", con el que impuso la obligatoriedad de revisores externos para las cuentas de la institución.
Con un quirógrafo (decreto papal) de 32 artículos, el pontífice estableció nuevas directivas sobre el funcionamiento, estructura y competencias del IOR, con una apuesta por la transparencia y la independencia de su organigrama.
Cuáles fueron los cambios
El artículo 26 del nuevo estatuto establece que "la revisión legal de las cuentos es ejercida por un revisor externo (persona física o sociedad), nominado por la Comisión Cardenalicia, a propuesta del Consejo de Superintendencia, por un período de tres ejercicios consecutivos, renovable una sola vez".
En el estatuto anterior, que había sido establecido en 1990, no se establecía la obligatoriedad de que los revisores fueran externos a la estructura del banco vaticano.
Además, en el nuevo artículo 27, se otorga al revisor externo la potestad de examinar "todos los libros y documentos contables", algo que tampoco figuraba en el estatuto anterior.
Con el cambio de exigir revisores externos, el quirógrafo de Francisco modifica además la estructura del IOR, que hasta ahora incluía a los revisores y que a partir de hoy quedará únicamente integrada por una comisión cardenalicia, el Prelado, el Consejo de Superintendencia y el Director.
En búsqueda también de mayor control, el papa Francisco amplió de cinco a siete los miembros del Consejo de Superintendencia, que al igual que el resto de los cargos permanece con una duración de cinco años.
El IOR "no está abierto a un público general", está reservado a personal del Vaticano, nunciaturas y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, según los estatutos.
Búsqueda de transparencia
Con su lema de "transparencia" en las cuentas del Vaticano tras años de sospechas a sus actividades financieras, Francisco creó en 2013 una comisión para buscar más regulación en el IOR y en la economía en general de la Santa Sede.
En ese marco, según un informe de la autoridad financiera de la Santa Sede, en 2018 se dio la primera condena por el delito de lavado de dinero dentro del Vaticano, y el IOR adhirió al sistema SEPA, que le permite contar con el código IBAN para la transacciones.