El domingo final del Abierto del Centro comenzó algo apático, con menos entusiasmo del que se pretendía desde la organización hasta el público. Sólo uno de esas vueltas históricas podía cambiar la sensación general. Y Ángel Cabrera fue el hombre (o algo más) que consiguió encender a todo el golf latino.

"El Pato" arrancó bien, hizo birdie al dos y se mantuvo con par en los hoyos complicados de la ida. Aprovechó el viento a favor en el siete y logró su segundo birdie. A esa altura, el mejicano Azcué subió el hoyo uno por lo que Cabrera se había puesto a tres.

El de Villa Allende consiguió un birdie al nueve pero cayó en el diez. Quedaba a cuatro pero con mucho por jugar. Azcué se derrumbó definitivamente y Rafael Gómez se subía a la punta con uno sobre el par en el acumulado.

"Rafa" se mantenía firme y el resto no hacía pie: Azcué, Favela y Acevedo, ninguno lograba prenderse y presionar al jugador de Ranelagh. Sin embargo, Cabrera bajó el 12 y el 13 para ponerse en cuatro bajo el par en el día y tres sobre el par en el acumulado.

Gómez siguió su racha y tomó un golpe más de ventaja, llevando tres. "El Pato" pasó con par los duros 14 y 15 para pararse en el 16 y explotar su drive. Fue birdie en ese hoyo y quedó a dos. En el 18 sabía que debía hacer algo espectacular porque "Rafa" estaba jugando muy bien.

Otro gran drive en el hoyo final y quedó en el costado derecho del green a cinco metros. Con su wedge de 60 grados miró el hoyo y desde ahí la embocó. No había otra opción para él. La vuelta casi perfecta (hizo 60 en otra oportunidad, el récord de la cancha) de 64 golpes (-7) consiguió la remontada de siete golpes para quedar en el par de la cancha en el torneo.

Faltaba que Gómez errara y lo hizo en el 17 al irse al cross búnker y tratar de remontarla desde allí. Pero el bonaerense apeló a un gran corazón y hambre de victoria para dejar su approach al lado de la bandera en el 18 y forzar el desempate.

En el playoff, Cabrera pegó un gran drive y la dejó a 20 yardas del green. Gómez se fue al búnker y desde allí se pasó hasta las carpas. Su tiro de aproximación quedó al lado pero "El Pato" ya había hecho lo suyo: la dejó a menos de un metro para lograr su octavo Abierto del Centro.

El Ángel cordobés la empujó al centro del hoyo y vio como su público celebró con el alma el triunfo de su héroe en una de esas historias que sólo Cabrera puede protagonizar y lo transforman en el más grande de su tiempo.

Una semana después de caer ante Adam Scott en el desempate del Másters de Augusta, "El Pato" se tomó revancha en su torneo, en el Abierto del Centro, el que Cabrera define como "quinto Major". Grande, Pato.

Fuente: lavoz.com.ar