La mitad de las personas que trabajan en la Argentina tienen un ingreso mensual de hasta $ 3800, cifra que supera en un 15% el salario mínimo vital y móvil, y que representa poco más de la mitad del valor de una canasta básica familiar, según la estimación -muy lejana a las de fuente oficial- que realiza la central obrera CTA.
El dato surge del informe sobre distribución del ingreso elaborado por el Indec, sobre la base de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). El cuadro de ingresos de las personas que tienen una ocupación laboral indica que el 10% menos favorecido se queda con el 1,5% del dinero por repartir, en tanto que en la otra punta los mejor posicionados obtienen el 26,7% de la renta total. El ingreso medio de unos y otros es de $ 643 y de $ 11.521, respectivamente, con una distancia de 17,9 veces, un índice que registró una mejora respecto de un año atrás (cuando fue de 18,5 veces).
El promedio de ingresos mensuales llega a $ 4324, un 25% más que un año atrás, en términos nominales. La gran cantidad de trabajadores que obtienen montos bajos tiene que ver en gran medida con los altos niveles de informalidad. En la economía informal, los salarios son más bajos y es común la subocupación (empleos de menos de 35 horas semanales). Entre quienes tienen ingresos más bajos, llega a 19 la cantidad de horas trabajadas, mientras que el promedio trepa a 46 horas entre los más ricos.
Sumados todos los ingresos que llegan a un hogar y divididos por la cantidad de habitantes, se observa una desigualdad que persiste, más allá de que hubo mejoras en los últimos años. Mientras que el 10% más pobre se queda con el 1,7% de la renta, el sector más rico capta el 30,2%. Las personas con menores ingresos obtienen, en promedio, $ 418 mensuales, contra $ 7299 de los ubicados en el otro extremo de la tabla.