Ningún frente dirimirá su fórmula presidencial en las elecciones del 11 de agosto; ya sucedió en 2011.
Habrá elecciones primarias el 11 de agosto próximo, pero no habrá competencia. La decisión de Sergio Massa de bajarse de la carrera presidencial y de postularse como primer candidato a diputado nacional del Frente de Todos le quitó la única dosis de suspenso que podían tener las PASO, ya que las demás alianzas electorales tampoco celebrarán comicios internos para definir a sus respectivos candidatos a presidente.
En efecto, ni Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), ni Alberto Fernández (Frente de Todos) ni Roberto Lavagna (Consenso Federal), los tres principales aspirantes a la presidencia, tendrán oponentes internos en agosto. Tampoco las fuerzas que les siguen a la zaga. Así las cosas, las primarias se convertirán en una suerte de gran encuesta nacional, al menos en la categoría presidencial. No se descarta que, en la categoría legislativa, algún frente político compita en las PASO para definir sus listas al Congreso.
Según fuentes del Ministerio del Interior, la contienda insumirá unos 4500 millones de pesos, casi el 45 por ciento del total del presupuesto destinado a las elecciones de este año, que alcanza los $10.600 millones.
La magnitud de este costo desató una vez más la polémica sobre la pertinencia de realizar las elecciones primarias. "El Gobierno no las puede suspender; para ello es necesario que el Congreso sancione una ley", aclaran en la Casa Rosada.
Quienes defienden esta herramienta sostienen que, aunque no haya competencia, las elecciones primarias sirven para ordenar la oferta electoral. En efecto, solo los partidos que superen el umbral del 1,5% del total de los votos podrán competir en la siguiente instancia, es decir, la primera vuelta electoral, que se celebrará el 27 de octubre.
"Las primarias sirven para 'limpiar' la oferta de candidatos, permitiendo que en la instancia más importante, que es la primera vuelta, solo participen los partidos que reúnan mayor caudal de votos. Las fuerzas políticas que no lleguen al piso del 1,5% quedan automáticamente eliminadas", explican quienes defienden la ley actual.
"Las primarias sirven para concentrar el voto entre las agrupaciones políticas más viables electoralmente. Permiten ordenar, además, la integración de las listas legislativas", indican.
No todos piensan lo mismo. "Si a las primarias no se las utiliza para competir y solo sirven para ordenar la oferta electoral, terminan siendo una herramienta demasiado costosa", sostuvo un funcionario de la cartera de Interior.
Desde que se aprobó la ley de primarias, en 2009, esta será la segunda vez que no habrá competencia en la categoría presidencial. El primer antecedente fueron los comicios presidenciales de 2011: los principales candidatos -Cristina Kirchner (Frente para la Victoria), Hermes Binner (Frente Progresista), Ricardo Alfonsín (Unión para el Desarrollo Social) y Elisa Carrió (Coalición Cívica)- no tuvieron contendientes internos. En 2015 no sucedió lo mismo: tanto Cambiemos como la coalición UNA dirimieron sus candidatos presidenciales en elecciones internas. El Frente para la Victoria las utilizó en la provincia de Buenos Aires, para gobernador.