Fertilizar Asociación Civil organizó una "Gira de gramíneas", donde se destacaron perspectivas para el maíz en la presente campaña. Además se hizo hincapié en el análisis de suelo y cómo agregar cada nutriente.
Ante el comienzo de una nueva cam- paña gruesa, Fertilizar Asociación Civil realizó una "Gira de Gramíneas: perspectivas para la campaña 2013/14". En primer lugar, Víctor Accastello, gerente del Departamento Insumos Agropecuarios en ACA señaló que realizaron una encuesta hace 40 días donde se estimaba que el área del maíz subía un 2%, alcanzando 4,8 M y la soja caía un 3%. "La situación de hoy no es la misma que la de hace unos días", expresó.
Con respecto a la relación fertilización/ rentabilidad del maíz, Accastello informó que el precio del maíz ha tenido una tendencia bajista en los últimos dos años, donde alcanzó un descenso de u$s/t 155.
Sin embargo, los fertilizantes también tuvieron una baja en los precios "El costo del MAP (fosfato monoamónico) cayó 100 dólares en el último año y la urea granulada, en el orden de los 135 dólares", indicó. Así destacó que la relación entre insumo/producto se viene manteniendo.
Por otra parte, se estima que en esta campaña el uso de fertilizantes en todos los cultivos será similar al del 2012, que estuvo en el orden de las 3,2 M de toneladas. "Esto es porque se siembra más trigo pero hay incertidumbre en el maíz.
Además los productores se están volcando al maíz tardío, que se nutre menos que los de primera", explicó. Otro de los disertantes fue Manuel Ferrari, especialista en fertilidad y manejo de suelos del Inta Pergamino, quien explicó la importancia de una buena nutrición en el cultivo.
"Constituye un aspecto clave para lograr altos rendimientos de grano y optimizar los resultados económicos del cultivo", sintetizó el técnico. Ferrari aseguró que el maíz es un cultivo muy exigente en fertilidad. "Absorbe muchos nutrientes, y un maíz que rinde más, extrae más", indicó. Para ejemplificar, Ferrari señaló que, después de la cebada, el maíz es el segundo cultivo donde más área se fer- tiliza, en la cual durante la campaña 2011/12, de las 4,7 M sembradas en esa oportunidad, el 88% del área fue nutrida, totalizando 931.000 toneladas.
Pero más allá de los números, el especialista destacó un concepto: las mejores prácticas de manejo (MPM) en fertilización. “Esto tiene que ver en cómo aplicar el nutriente correcto en la cantidad necesaria y en el momento y localización apropiados para satisfacer la demanda del cultivo”, sostuvo.
En esta línea, indicó que “hay dos etapas para las toma de decisión: hacer un diagnóstico de las deficiencias de cada nutriente; y luego, cómo voy a aplicar los mismos”. "No siempre se fertiliza de la mejor manera porque siempre se falla en la primera etapa, ya que se hacen muy pocos análisis de suelo", informó.
En este aspecto se sumó Accastello, quien destacó que en el último año sólo se analizaron 200.000 muestras de suelo, representando el 25% del área cultivable. Asimismo, Ferrari relató que, en cambio, en Estados Unidos o Brasil se hacen análisis cada 30 hectáreas. “Es una herramienta que no se utiliza en el país”, sentenció. Nutrientes esenciales.
Por empezar, el nitrógeno es el nutriente principal: "Para hacer el análisis de suelo se toma la muestra a los 60 cm de profundidad para ver la disponibilidad de este nutriente". Y agregó que hay desarrollos comprobados que si hay menos de 100 kilos de nitrógeno/ha, habrá una respuesta confiable; si está entre 100 y 150 kg, el grado de respuesta va a depender de qué tipo de suelo, y si es superior a los 150 kg, seguramente no va haber respuesta.
“Si tiene 200 kilos y no fertiliza, está manejando bien la nutrición. No es sólo aplicar nutrientes para fertilizar correctamente”, dijo. Y agregó que si el productor conoce la productividad del lote, se puede afinar más la puntería.
Como dato para destacar, el técnico del Inta Pergamino indicó que si el productor no pudo realizar el análisis de suelo antes de la siembra, lo puede hacer en V5 o V6.
“Tomo una muestra de suelo en el centro de entresurcos a 30 cm de profundidad y si el resultado es menor a 20 ppm, la respuesta será positiva, y si es más alto, no es necesario aplicar, ya que el lote está bien provisto de nutrientes”, expresó.
Y últimamente, otro método para medir el nitrógeno en el suelo (no está desarrollado completamente) es la utilización de sensores remotos: “Experiencias recientes demuestran que el maíz puede responder significativamente al nitrógeno en V14 o V16”. En este sentido, explicó que hay una creciente difusión de pulverizadores autopropulsados (mosquitos) para aplicaciones chorreadas en formulaciones líquidas de este nutriente en estados avanzados del cultivo.
Por su parte, otro ítem para tener en cuenta es el momento de aplicación del N: "Hay una tendencia de hacerlo a la siembra". En este sentido, una serie de ensayos en suelos argiudoles típicos (sur de Santa Fe) al aplicar a la siembra o en V6 dieron las mismas respuestas.
"En otros suelos, como los hapludoles, que son más arenosos (este de Córdoba), vimos que haciendo ensayos idénticos, en la medida que demorábamos la aplicación, obteníamos mejores resultados. El segundo elemento importante para el maíz es el fósforo. "En siembra directa podemos aplicar fósforo al voleo con muy buenos resultados ya que no se volatiliza", indicó.
Como ejemplo, en ensayos aplicando 60, 120 y 180 kg de superfosfato sim- ple al voleo, las tres dieron resultados muy buenos.
"Esto facilita la logística, ya que el productor puede fertilizar en agosto y cuando está por sembrar, no tiene que cargar la máquina o llamar al proveedor”, afirmó.
Por último, “en azufre no tenemos un diagnóstico muy confiable. Un enfoque alternativo es el de detectar ambientes de deficiencias crónicas o de deficiencia inducida", finalizó.