La crisis económica que no da respiro, los resultados de las elecciones provinciales y los últimos sondeos de opinión alimentaron las chances de que Cristina Fernández vuelva al poder.
El llamativo y trabajoso acuerdo con el Peronismo Federal (Alternativa Federal) que está tejiendo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, trata de ser una respuesta a una preocupación que atraviesa todo el arco político y los mercados internacionales: el fantasma del regreso de Cristina asusta a todos.
Aunque está abocado a la campaña provincial, el escenario nacional no es ajeno para el gobernador Juan Schiaretti.
Pese a que sus funcionarios más cercanos aseguran que el mandatario provincial no moverá un dedo en el tablero nacional hasta después de las elecciones del próximo domingo 12, se dice que Schiaretti volvió a hablar con el presidente Mauricio Macri.
El gobernador negará cualquier intervención en esta negociación, pero hay un hombre clave que –según una fuente del PJ Federal– visitó la oficina del ministro Frigerio en la última semana: Guillermo Seita, amigo y hombre de consulta de Schiaretti.
“Las conversaciones son con (Miguel) Pichetto, (Sergio) Massa y (Juan Manuel) Urtubey, pero si está Seita es porque también está ‘el Gringo’”, graficó un asesor de uno de los precandidatos presidenciales de Alternativa Federal.
El diálogo que el Gobierno nacional abrió con los peronistas no cristinistas tiene dos lecturas encontradas: algunos macristas invadidos por el entusiasmo lo muestran como primo hermano del Pacto de la Moncloa español.
Otros, más realistas, lo ven como un manotazo de ahogado de Macri para tratar de calmar los mercados, sin que todo sea a fuerza de perder reservas.
Como sea, y cualquiera fuere el resultado del diálogo, el acercamiento del Gobierno nacional con un sector del peronismo dialoguista fue la novedad política de los últimos días.
La apertura del macrismo hacia algunos opositores –resistida hasta ahora por el poderoso jefe de Gabinete, Marcos Peña– tendría un trasfondo internacional: el FMI y altos funcionarios de los Estados Unidos habrían aconsejado al presidente Macri ampliar su base de sustentación política, para resistir los embates de la desconfianza de los inversores y de los mercados externos.
El senador Pichetto aparece en público como uno de los principales impulsores de esta mesa de diálogo para acordar medidas para el futuro.
Por la alta ponderación que tiene de él, no habría que descartar que Schiaretti haya sido uno de los primeros en ser consultados por el ministro del Interior.
Una fuente del macrismo admitió que si bien Frigerio lleva adelante las negociaciones, el propio Presidente fue quien habría hablado con algunos de los referentes peronistas convocados al diálogo.
Schiaretti no le pondrá el cuerpo a esta movida mientras esté en modo campaña. Luego de las elecciones, y si es reelegido como están convencidos en el Centro Cívico, tendrá influencia en el armado de Alternativa Federal.
El gobernador no lo dirá en público, pero si hay algo que tratará de evitar es volver a compartir poder con Cristina Fernández, como ocurrió en su primer mandato (2007-2011), que también fue el primero de la expresidenta.
Schiaretti seguirá estas negociaciones con atención, pero desde lejos. En privado, es crítico de la gestión macrista, pero le preocupa la situación del país, teniendo en cuenta que aspira a seguir en el poder de Córdoba.
De todos modos, el gobernador tiene algunas cuentas pendientes con el macrismo. Por empezar, quién divulgó en los últimos días versiones inquietantes sobre su salud. Schiaretti está convencido de que fue alguien de la Casa Rosada.