Cuesta imaginar que un ser humano pueda subir sin más por esa pared de granito de 900 metros como un gato. Y sin embargo ahí está Alex Honnold, con sus pies como garras y sus dedos endurecidos por el magnesio, desafiando la gravedad y confirmando en tres horas y 56 minutos su condición de rey indiscutible del Free Solo.
Alex Honnold parece un tipo de lo más normal. No muy alto, tirando a flaco. Ensimismado a veces, casi siempre risueño. Encogiéndose de hombros y quitándole miga a sus propias hazañas, como ésa de trepar sin cuerda ni arnés hasta la cima desafiante de El Capitán (California): la meca de la escalada suprema.
Cuesta imaginar que un ser humano pueda subir sin más por esa pared de granito de 900 metros como un gato. Y sin embargo ahí está Alex Honnold, con sus pies como garras y sus dedos endurecidos por el magnesio, desafiando la gravedad y confirmando en tres horas y 56 minutos su condición de rey indiscutible del Free Solo.
Así se titula el oscarizado documental, que el próximo domingo emite National Geographic. "Al principio se iba a llamar Solo, pero la nueva entrega de la Guerra de las galaxias nos fastidió el nombre y tuvimos que cambiarlo", bromea Honnold. Ni siquiera en el momento de recibir el Oscar le temblaron las manos al escalador, también conocido como Mr. No Big Deal (Mr. no es para tanto). Ni la conquista de El Capitán, ni la cima de Hollywood parecen haber afectado a este californiano de 33 años.
Le preguntamos de entrada si la doble proeza, la de El Capitán y la del Oscar, le ha hecho reflexionar más sobre la vida y la muerte. "No pienso demasiado en la muerte, esa es la verdad", responde. "Al menos no más que cualquier otro mortal... En el fondo, todos vamos a morir tarde o temprano. Yo quiero vivir el tiempo que tengo lo más intensamente que pueda, y la escalada es lo que da sentido a mi vida".
"Escalo seis días a la semana, eso sin contar el tiempo de preparación, que puede ser de hasta cuatro horas de rutina en el suelo", asegura Honnold. "Por eso el ascenso ocupa solo los 15 últimos minutos de la película. Antes hay dos años de intenso entrenamiento, incluidos dos pequeños accidentes. Me familiaricé con las grietas y recodos de El Capitán milímetro a milímetro. Se trata en cualquier caso de minimizar los riesgos y eliminar peligros".
En Free Solo, Honnold se somete a un escáner para ver si hay algo especial en su cerebro. Los neurólogos descubren que su amígdala no se estimula como la del común de los mortales, y que logra mantener la calma aún en situaciones más extremas. "Es el resultado de 20 años escalando", dice. "Imagino que es algo parecido a lo que los monjes tibetanos logran con la meditación. Mi peor enemigo en pleno ascenso sería que el miedo me atenazara y me hiciera dudar".
"No voy buscando el subidón de adrenalina, ni tampoco veo en la escalada ese componente místico que le dan algunos", reconoce el protagonista de Free Solo. "Me considero ateo, aunque llevo una vida muy ascética. He tenido experiencias incomparables en Yosemite, que es lo más parecido al paraíso en la Tierra. Pero ninguna me ha hecho cambiar de idea".
Al completar su ascenso a El Capitán, con una sonrisa de alivio en los labios, Alex llamó con el móvil a su novia, Sanni McCandless. "Te quiero", le dijo. "Aprecio todo tu apoyo", matizó después... Free Solo tiene la virtud de indagar también en el lado humano del superhéroe, de los problemas afectivos de su infancia a su relación distante con su madre, pasando por su resistencia emocional, cuando Sanni entra como un vendaval en su vida. Siguen juntos, y parece que la cosa va en serio. Ella le hizo pensar por primera vez en las implicaciones que una muerte accidental podría tener en todos los que le quieren. "Creo que si llega la hora de formar una familia, mi aproximación hacia el riesgo cambiará", reconoce.
De momento alterna la escalada con sus charlas a niños y adolescentes en los colegios, y con el trabajo en la fundación que lleva su nombre, volcada en proyectos de energía solar en África. En cualquier caso, el éxito del documental no le ha hecho bajar del tren, ni tampoco la pérdida de dos amigos escaladores (Sean Leary y Dean Potter) en los dos últimos años.
Los directores de Free Solo, Jimmy Chin y Elisabeth Chai, reconocen que se enfrentaron a grandes dilemas éticos y que trabajaron sobre la hipótesis de tres finales, incluida la posible muerte accidental del protagonista. Con su preparación a conciencia y su increíble determinación, Honnold fue disipando sus temores hasta el momento de la escalada suprema, completada el 3 de junio del 2017.
Un año después, Alex Hannold fue aún más allá (esta vez sin cámaras) y completó junto a Tommy Caldwell el más difícil todavía: conquistar la cima de El Capitán en 1 hora y 58 minutos. De ahí a la eternidad.