En su misa matinal en Santa Marta, el pontífice argentino reflexionó sobre la política y la participación ciudadana.
ROMA.- "No se puede gobernar sin amor al pueblo y sin humildad. El gobernante, hombre o mujer, que ama a su pueblo es un hombre o una mujer humilde", dijo el papa Francisco esta mañana, en su misa matutina que celebró -como siempre- en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde reside, en el Vaticano.
Al comentar el Evangelio de hoy del centurión que pide con humildad y confianza la curación del siervo y la carta de San Pablo a Timoteo con la invitación a rezar por los gobernantes, el Papa reflexionó sobre el servicio de la autoridad. En este marco, aseguró que la humildad y el amor son características indispensables para quien gobierna y recordó que también los ciudadanos, especialmente si son católicos, no pueden desinteresarse de la política, según informó Radio Vaticana.
"Un gobernante que no ama, no puede gobernar: podrá, en todo caso, disciplinar, poner un poco de orden, pero no gobernar", dijo el Papa, al destacar que las dos virtudes de un goberante son el amor al pueblo y la humildad.
"Cada hombre, cada mujer, que debe tomar posesión de un servicio de gobierno, debe hacerse estas dos preguntas: ¿Yo amo a mi pueblo para servirlo mejor? ¿Soy humilde y escucho a los demás, las distintas opiniones, para elegir el mejor camino?", dijo el ex arzobispo de Buenos Aires. "Si no se hace estas preguntas, su gobierno no será bueno. El gobernante, hombre o mujer, que ama a su pueblo es un hombre o una mujer humilde", sentenció.
"YO NO PUEDO LAVARME LAS MANOS"
Francisco también subrayó en su homilía que los ciudadanos tampoco pueden, por su parte, desinteresarse de la política. "Nadie puede decir «Pero yo no tengo nada que ver en esto, ellos gobiernan...». No, no, yo soy responsable de su gobierno y debo hacer lo mejor para que gobiernen bien y debo hacer lo mejor participando en política como puedo", indicó. Acto seguido, y como ya hizo otras veces, recordó que la Doctrina Social de la Iglesia dice que la política es una de las formas más altas de la caridad, porque es servir al bien común.
"Yo no puedo lavarme las manos ¿eh? ¡Todos tenemos que dar algo! (...) Existe la costumbre de hablar mal de los gobernantes y de las cosas que no van bien. Uno escucha la televisión y pegan, uno lee el diario y pegan, siempre el mal, siempre en contra... Quizás el gobernante, sí, es un pecador, como David lo era, pero yo tengo que colaborar con mi opinión, con mi palabra, también con mi corrección, porque todos debememos participar del bien común", subrayó.
"Si muchas veces hemos oído que «un buen católico no se mete en política», esto no es cierto, ese no es un buen camino", insistió.
Luego de llamar a los católicos a participar en política, finalmente el Papa llamó a rezar por los políticos y por todos los hombres que están en el poder. "Pero padre, esa es una mala persona, tiene que ir al infierno, esta persona no va. ¡Reza para que se convierta!", pidió.
"Demos lo mejor de nosotros, ideas, sugerencias, lo mejor, aunque lo mejor es la oración. Recemos por los gobernantes, para que nos gobiernen bien, para que lleven a nuestra patria, nuestra nación adelante y también al mundo, que haya paz y bien común", concluyó.