La capa de hielo de Groenlandia es más sensible al calentamiento global y está desapareciendo a mayor velocidad de lo que se pensaba.
La capa de hielo de Groenlandia es más sensible al calentamiento global y está desapareciendo a mayor velocidad de lo que se pensaba. La degradación del extenso manto helado -que cubre un 80% de la superficie de la isla- es uno de los principales factores que contribuyen al aumento del nivel mar en todo el mundo, lo que convierte a la región en uno de los baremos más relevantes ante la evolución del cambio climático. Un estudio publicado este lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences revela que variaciones en las condiciones atmosféricas y oceánicas están impulsando la aceleración del deshielo, y que la mayor pérdida no proviene de los glaciares sino de la región sudoeste.
Hasta ahora se asumía que el retroceso de los glaciares era la principal vía de desaparición de la capa de hielo en Groenlandia. Sin embargo, los nuevos hallazgos apuntan a los campos nevados y a la superficie helada de la isla; que al derretirse provocan que ríos de agua cada vez más caudalosos fluyan hacia el Atlántico en los meses de verano. Según el estudio "el continuo calentamiento de la atmósfera provocará que esta región se convierta en uno de los principales culpables en la elevación del mar en el futuro".
"Hace tiempo que hemos establecido claramente un problema en el vaciamiento de grandes glaciares", matiza Michael Bevis, autor principal y profesor de geodinámica de la Universidad Estatal de Ohio. "Pero ahora vemos además un segundo problema aún más grave: grandes cantidades de hielo se pierden en forma de agua derretida en ríos que desembocan en el mar". Si la capa de hielo de Groenlandia pierde una parte significativa de su masa total, las comunidades costeras de todo el mundo, e incluso islas enteras, correrán el riesgo de desaparecer.
Y la situación es irreversible, según los autores. "Lo único que podemos hacer es adaptarnos y mitigar el calentamiento global, es demasiado tarde para que no haya ningún efecto", dice Bevis. "Esto va a causar un aumento adicional del nivel del mar; ya vemos cómo la capa de hielo está llegando a un punto de inflexión". Algunas estimaciones señalan que, de derretirse completamente la capa de hielo groenlandés, el nivel de los océanos del mundo aumentaría siete metros adicionales.
Cada vez más pruebas
El pasado diciembre Nature publicaba el estudio más completo hasta la fecha sobre la aceleración del deshielo en Groenlandia, señalando que en los últimos años está ocurriendo a un ritmo un 50% superior respecto a niveles preindustriales. De hecho los científicos creen que la isla está perdiendo masa helada al mayor ritmo de los últimos siete milenios. Y ese incremento indica una creciente sensibilidad en toda la región ante los efectos del cambio climático.
Los estudios, que en ambos casos datos se basan en datos recogidos gracias a satélites de la NASA y la Agencia Espacial Alemana, revelan que entre 2002 y 2016 Groenlandia perdió aproximadamente 280 gigatones de hielo cada año (280.000 millones de toneladas), lo que equivale a un aumento del nivel del mar de 8 milímetros cada década. Los expertos reconocen no obstante que la tasa de pérdida en la isla dista mucho de ser estable: en el periodo entre 2003 y 2013 el proceso se aceleró súbitamente -el hielo estaba desapareciendo casi cuatro veces más rápido- para luego detenerse hasta 2015.
Oscilación del Atlántico Norte
En este sentido el trabajo publicado ahora en PNAS señala a la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) como factor clave en estas variaciones. Este fenómeno meteorológico corresponde a la diferencia de presión entre la llamada depresión islandesa y el anticiclón de las Azores, e influye en la evolución del tiempo de todo el hemisferio norte, marcando la fuerza y dirección de los vientos del oeste y las tormentas. En los últimos años la NAO ha llevado un aire más cálido al oeste de Groenlandia, así como cielos más claros y una mayor radiación solar.
Si bien la NAO es un fenómeno natural cíclico -aunque difícil de prever- que ya contribuía al deshielo en época preindustrial, al combinarse con el calentamiento global sus efectos se maximizan. "Estas oscilaciones ocurren desde siempre, pero sólo ahora están causando un deshielo masivo", señala Bevis. "El motivo es que la atmósfera, su punto de partida, es más cálida: al calentamiento temporal impulsado por la NAO se suma el calentamiento global más sostenido".