El presidente ruso Vladimir Putin supervisó este miércoles la última prueba del misil hipersónico Avangard y declaró que el arma "es imposible de interceptar" y mantendrá al país seguro durante décadas.

Ante altos funcionarios militares, después de ver la transmisión en vivo desde la sala de control del Ministerio de Defensa, Putin dijo que la prueba fue un "gran éxito" y un "excelente regalo de Año Nuevo para la nación".

El supermisil salió del sur de Rusia y alcanzó su objetivo a 4.000 kilómetros de distancia en la península de Kamchatka.

La prueba se llevó a cabo en medio de tensiones en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que han llegado a su peor nivel desde la época de la Guerra Fría por el conflicto con Ucrania, la guerra en Siria y la interferencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016 que llevaron a Donald Trump al poder.



La esperanza de Putin de mejorar el vínculo con Washington bajo la presidencia de Trump se ha apagado debido a la investigación por las acusaciones de los lazos entre el mandatario y Rusia. Las tensiones aumentaron cuando el gobierno estadounidense impuso nuevas sanciones.

En octubre Trump anunció su intención de retirar el país del tratado INF que prohíbe el desarrollo de armas nucleares de alcance intermedio. Putin había alertado que si eso pasaba, reanudaría la fabricación de armas prohibidas por ese pacto firmado entre ambos países en 1987.

El Avangard es parte de una serie de nuevas armas estratégicas que Putin presentó en marzo, cuando dijo que Rusia tuvo que producirlas como respuesta al desarrollo de un sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos.

El presidente mostró su orgullo por la nueva generación de armas a las que definió como "misiles invencibles".

Fuentes: Reuters, EFE, RT, DPA, AFP
Foto: Ministerio de Defensa ruso/EFE