El jefe de Gabinete, Oscar González, dijo que se la usa para entrenar a los perros, pero el fiscal Senestrari rechazó este argumento.
“Ayer (por el miércoles) se anunció que se había incautado droga no declarada; es droga que está bajo custodia con un oficio para el entrenamiento de los perros y esto se dio a la prensa como si fuera un hecho completamente anormal”. Con esta afirmación, el jefe de Gabinete provincial, Oscar González, explicó por qué había estupefacientes en dependencias de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico, allanadas por el fiscal federal Enrique Senestrari con órdenes del juez Ricardo Bustos Fierro.
Aunque González criticó a Senestrari sin nombrarlo y aseguró que el Gobierno “va a dejar que actúe la Justicia”, sin hacerse eco de la dura crítica del legislador delasotista Sergio Busso al fiscal.
“Sería bueno que hubiera venido a decir lo que está pasando en las oficinas de la provincia”, opinó Senestrari, molesto por los dichos del jefe de los ministros.
El fiscal dijo que se habían secuestrado “bochas” y “ravioles” de cocaína, porros (cigarrillos) de marihuana y tres envoltorios de cinta de acetato, de los utilizados para envolver ladrillos de marihuana de alrededor de un kilo. “Es la primera vez que escucho que a los perros antinarcóticos se los adiestra con “porros” o “ravioles”. Además, en el acta secuestrada no hay coincidencias con la droga confiscada”, precisó.
En los juzgados federales, se aclaró que cada vez que la Sección Canes solicita cocaína y/o marihuana, “no hay problemas en facilitarle pequeñas cantidades”. Uno de los secretarios contó que de los estupefacientes secuestrados se pueden entregar 50 gramos de cocaína colocada en una bolsita o la misma cantidad de marihuana.
Un efectivo que durante años estuvo en Canes aseguró que jamás se droga a los animales, sino que en el adiestramiento se utiliza una dosis mínima pedida a la Justicia Federal por un superior y que sirve para un año.
“El jefe de Canes solicita por oficio una dosis muy pequeña, que nadie más puede tocar y que queda guardada bajo medidas de seguridad, como establece el protocolo”, describió. Luego, con esa marihuana o cocaína, se hace un químico líquido especial con el que se rocía una pelota pequeña, para que el perro se acostumbre, por olfato, a buscar y detectar la droga.
En los allanamientos del miércoles también se encontró estupefaciente y material de corte en uno de los móviles, una pistola calibre 45 con la numeración limada oculta detrás de una estufa y un arma de uso civil. La droga fue hallada en el inmueble que la Policía habilitó en barrio San Pablo para causas de narcomenudeo, según informó la Justicia Federal.
En esa sede funciona la Unidad Judicial de Narcotráfico. Mientras se realizaba el procedimiento, se presentó la fiscal adjunta a cargo de la Fiscalía General, María Marta Cáceres de Bollatti, quien ingresó a una oficina.
Para explicar esta presencia, una fuente de los tribunales provinciales reveló que fue a esa unidad porque le avisaron que la estaban allanando, cosa que no había ocurrido.
Mientras se especula que habría más policías imputados, los cinco detenidos fueron trasladados a Bouwer ayer a las 16.
El comisario mayor Rafael Sosa, el comisario Alfredo Saine, el oficial Franco Argüello y los suboficiales Fabián Peralta Dattoli y Mario Osorio fueron imputados por Bustos Fierro de asociación ilícita, violación de los deberes de funcionario público, falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad, esto último por supuestas detenciones ilegales.