Se acabó el misterio. Después de varias horas de incertidumbre, presentaciones, defensas y contradefensas, la Unidad Disciplinaria de la Conmebol tomó la decisión de que la presente Copa Libertadores se defina en la cancha, desestimando así el pedido de Boca, que había exigido los puntos del partido que no pudo disputarse el sábado en el Monumental por los incidentes que se generaron en la entrada del micro Xeneize.
El escueto comunicado publicado por el máximo ente del fútbol sudamericano se limitó simplemente a informar que no hacía lugar al pedido del club de la ribera y a ordenar al Departamento de Competiciones de Clubes a reprogramar la final, cuya sede será el Santiago Bernabéu.
De esta manera y luego de otra serie de idas y vueltas que tuvieron que ver con la sede para jugar el partido, teniendo en cuenta que la Conmebol decidió que el partido se jugaría fuera de Argentina, el Santiago Bernabéu de Madrid terminó siendo el estadio elegido, dejando atrás Doha, Asunción, Medellín, Miami y muchas otras ciudades que se mencionaron como posibilidad. El partido se jugará el domingo 9 a las 16.30, horario de Argentina, con presencia de ambas hinchadas.