El chico estaba en el piso, con cortes y moretones y no paraba de llorar. Los clientes de la pizzería lo habían golpeado para evitar el robo que quiso concretar con un cómplice de 18 años.
La dueña del local se le acercó con bronca, pero al ver que el asaltante apenas tenía 15, la indignación se transformó en sorpresa y en un reto casi maternal: “Tenés toda la vida por delante, no podés ser delincuente”.
El más grande escapó, pero vecinos que advirtieron lo que ocurría lo retuvieron a media cuadra del lugar hasta que llegó la Policía.
El episodio ocurrió el martes a las 20.30 en una pizzería ubicada en la esquina de 3, Diagonal 79 y 58, en La Plata. A esa hora había pocas personas en el comercio, porque recién comenzaban a trabajar. En el local estaban Bárbara Gómez (20), su novio, una amiga de la mujer y un cliente oriundo de Pehuajó que había realizado un pedido. En la parte de atrás del negocio trabajaba un cocinero, que también intervino en la defensa para impedir el asalto.
En un momento, por una puerta lateral pegada a la barra, aparecieron el menor y el joven de 18. Llevaban una cuchilla dentada. Con amenazas exigieron el dinero de la caja y luego fueron directo al cliente que esperaba ser atendido.
“Creemos que fue al voleo. Pasaron y el más grande le habría dicho ‘dale, entremos’ ” explicó en su local Gómez, mientras limpiaba las manchas de sangre que quedaron en el piso y recogía los vidrios rotos de la puerta de ingreso. El momento de mayor tensión fue cuando el cliente que esperaba en un costado intentó defenderse y forcejeó con el joven que tenía el cuchillo: recibió heridas cortantes en el brazo derecho, en el codo y la nariz.
Entonces los jóvenes decidieron escapar sin el botín. El más chico trató de hacerlo por la puerta que da a la esquina. Pero las personas que estaban en el negocio lo impidieron. En la secuencia, el menor de 15 años pegó su cabeza contra el vidrio, que se rompió y por eso también terminó con cortes.
Gómez fue directo a él para descargar la indignación que sintió al ser atacada.
“Tenía mucha bronca, pensé en pegarle una trompada, pero cuando me acerqué estaba llorando como un nene y lo primero que pude hacer fue preguntarle la edad y por qué estaba robando” dijo la mujer a Clarín.
“¿No te das cuenta del esfuerzo que hacemos los que laburamos? Nosotros trabajamos 12 horas por día para vivir y ustedes en cinco minutos hacen un desastre”, le recriminó Gómez al chico.
Según la dueña de la pizzería, el menor le aseguró que el mayor lo había obligado “a acompañarlo para un asalto”. “No paraba de llorar y de pedirme que le devolviéramos una zapatilla que había perdido en el forcejeo”, recordó la mujer.
El miércoles, Gómez y los empleados intentaban reacondicionar el local para la reapertura. Pero seguían impactados por el episodio y con “mucho miedo”. Es que cuando Gómez fue a la comisaría a hacer la denuncia, se encontró con el menor y su madre. “El chico me clavó una mirada amenazante que no puedo olvidar, como diciéndome: ‘Estás hecha, acordate de mí’. Eso parecían decir sus ojos”, aseguró la mujer.
Tras el robo, el chico de 15 fue llevado a un hospital de la zona y el joven de 18 –conocido con el apodo de “El Caralinda”, y que tendría antecedentes por robos y una toma de rehenes en La Plata en 2009– fue alojado en una comisaría.
El ataque a locales gastronómicos se transformó en una modalidad delictiva frecuente en la capital bonaerense. El caso más grave terminó con una joven de 18 años muerta por un error policial. Fue la semana pasada en un restorán de 9 y 54. Unos 60 clientes cenaban cuando dos jóvenes entraron armados cerca de las 22.30 y comenzaron a exigirles billeteras, celulares y dinero a todos. Un policía que entró justo intentó detenerlos, los ladrones huyeron en moto y él les disparó, pero el tiro mató a Soledad Bowers, que estaba a 100 metros haciendo la cola para entrar a un bar. El agente sigue detenido.
El domingo pasado, en una confitería de 49 entre 6 y 7, dos jóvenes entraron mientras una decena de personas desayunaba. Les robaron y escaparon en segundos.
Fuentes policiales informaron que la liberación del chico de 15 años detenido por el robo a la pizzería “era inminente” por ser inimputable.