El envejecimiento de las poblaciones a nivel global se plantea como uno de los mayores desafíos para las finanzas estatales en el siglo XXI.
Ante esta situación, la Argentina aparece como muy mal preparada para el futuro, porque ocupa el último puesto de un ranking que toma en consideración parámetros como“adecuación”, “sotenibilidad” e “integridad”.
El relevamiento, realizado por la consultora especializada en RR.HH. Mercer, muestra que muchos países occidentales del norte de Europa lideran el mundo en el desarrollo de los sistemas de pensiones.
Holanda, con un puntaje general de 80,3, superó a Dinamarca en el primer lugar, lugar que ocupó este último durante seis años, por 0,1.
Finlandia desplazó a Australia (72,6) del tercer lugar con un puntaje general de 74,5, y Suecia (72,5) se ubicó en el quinto lugar.
Argentina tuvo su destaque de manera negativa, al ocupar el último lugar del ranking con 39,2.
El Índice Mundial de Pensiones Melbourne Mercer mide 34 sistemas previsionales en el mundo. Según detalla, Holanda y Dinamarca (con puntajes de 80.3 y 80.2 respectivamente) ofrecen sistemas de ingresos de jubilación de “grado A” con buenos beneficios, lo que demuestra claramente su preparación para el envejecimiento del mundo.
“No es casual que Argentina se reitere en el último lugar. Aspectos positivos como brindar una prestación universal al adulto mayor quedan desmerecidos por no haberlo implementado solo para quienes están en edad avanzada y en la pobreza", expresó Ana María Weisz, Directora de Wealth de Mercer.
"Mejorar la recaudación daría aire a la financiación del sistema; el otorgamiento de una jubilación mínima para quienes llegaron por moratoria o simplemente lo aportado no alcanza ese importe, también debería ser escaneado desde la mirada de la situación económica. Positivo sin vueltas: la posibilidad de permanecer activos hasta los 70 y la deducibilidad impositiva para el ahorro para la pensión anunciada en la reforma tributaria. Esperemos que la implementación venga con aportes deducibles que hagan sentido”, agregó.
David Knox, autor del estudio y socio principal de Mercer Australia, aseveró: "El índice es una referencia importante para que los responsables de la formulación de políticas de todo el mundo aprendan de los sistemas más adecuados y sostenibles".
Agregó que "no existe un sistema perfecto que pueda aplicarse universalmente, pero hay muchas características comunes que se pueden compartir para obtener mejores resultados".
"En algunos países, la amplia cobertura se ha logrado con éxito a través de los sistemas obligatorios de pensiones en el lugar de trabajo o, en algunos casos, los acuerdos de autoinscripción", sostuvo.
David Anderson, presidente internacional de Mercer, agregó que fue un "paso positivo ver a los gobiernos abordar la reforma de las pensiones a medida que aumentan las expectativas de vida".
Altas y bajas en América Latina
“Latinoamérica tiene mucho camino por avanzar. Es fundamental entender que tanto la inestabilidad política de varios países, así como las crisis social y económica de la región, ha venido acarreando más obstáculos en el rumbo y consolidación de los sistemas pensionales; pues postergan las discusiones al más alto nivel técnico, necesarias para mejorar el futuro de la región y obligar a la mayoría de los países a que cuenten con reformas o legislación que fortalezcan los tres subíndices que nuestro estudio mide: adecuación, integridad y sostenibilidad”, explicó André Maxnuk, CEO para Mercer México y Líder de la empresa para Latinoamérica.
“Con una participación de seis países en un listado de 34, observamos que la evaluación de los latinoamericanos indica una necesidad urgente de revisión de las estructuras actuales. Es importante evaluar que cada estructura es evaluada con base en parámetros comunes de buenas prácticas o gestión, pero se respecta que no hay un sistema único y común como solución para todos”, concluyó Maxnuk.
Chile ocupa la posición 8 principalmente debido a la madurez y ajustes hecho a su modelo innovador de las AFPs implementado en los años 80, y posteriormente seguido por otros países. La evaluación viene principalmente de buenos resultados de integridad y sostenibilidad. Sin embargo, hay una oportunidad en adecuación que entre otras cosas, se refiere al nivel de beneficio relativo al nivel de ingreso.
Aunque Colombia y Perú siguieron el sistema chileno con sus AFPs, se ubican en un nivel más abajo “C+”. Colombia, pese a que tiene un sistema de jubilación que comprende una pensión de medios comprobados pagada a los necesitados (BEPS y Colombia Mayor) y dos sistemas de pensiones paralelos y mutuamente excluyentes; requiere aumentar el nivel mínimo de apoyo para las personas más pobres y el nivel de ahorro del hogar, incrementar la cobertura en los planes de pensiones, así como elevar la edad de la pensión estatal.
A Perú particularmente le urge revisar no solo la tasa de contribución al Sistema, sino también otros aspectos como la forma en que los recursos son invertidos, el fomento del ahorro previsional voluntario y la creación de incentivos apropiados para que esto ocurra.
Brasil quedó por debajo del promedio del grupo global principalmente por sus resultados de sostenibilidad. Aunque cuente con el mayor volumen de activos para ahorro al retiro de la región – en los planes de ahorro individual y corporativos, su sistema de seguro social funciona como un plan de beneficio definido y no fondeado: prácticamente toda la recaudación al sistema es utilizada para el pago de beneficios.
México y Argentina obtuvieron las calificaciones más bajas de la región, lo que significa que dichos sistemas de pensiones cuentan con importantes debilidades u omisiones que necesitan ser abordados como su diseño, ahorro y recaudación. Sin esas mejoras, su eficacia y sostenibilidad están en duda.