Si bien el yogur es un alimento que puede aportar beneficios a la salud, la mayoría de los que existen en el mercado tiene un alto contenido en azúcar, haciéndolos un producto innecesario y poco recomendable para los bebés.
Ahora, un estudio en Inglaterra encontró que efectivamente los niveles de azúcar son demasiado altos en la mayoría de los yogures comerciales, haciendo que no sean un producto tan saludable como lo pensamos.
Publicado en BMJ Open, el estudio analizó el contenido de 921 yogures, encontrando que la mayoría de ellos contienen niveles muy altos de azúcares. Se hizo énfasis sobre todo en los yogures que están dirigidos a niños, para conocer su valor nutricional y la cantidad de azúcar que contenían.
Los yogures se clasificaron en ocho categorías para ser analizados: para niños, alternativos a los lácteos, postres, bebibles, frutales, de sabores, naturales/griegos y orgánicos. Se obtuvieron los productos basándose en los que se encontraban disponibles en los cinco supermercados más grandes de Reino Unido durante noviembre de 2016.
El contenido de azúcar era muy variable entre cada categoría e incluso dentro de los productos de una misma clasificación. Sin embargo, exceptuando los yogures naturales y griegos, la cantidad promedio de azúcar en la todas las categorías era mucho mayor al límite de bajos en azúcar.
Solo el 9% de ellos calificaba realmente como bajo en azúcar (aunque la etiqueta afirmara que lo era) y casi ninguno de ellos se encontraba en la categoría de yogures para niños. Con esto, vuelve el preocupante tema acerca de la cantidad de azúcares añadidos que consumen los niños sin que seamos realmente conscientes de ello.
Usualmente, a diferencia de los zumos y otros productos altos en azúcar, relacionamos los yogures con una alimentación saludable por los beneficios que pueden aportar a nuestro organismo, sin embargo, este estudio prueba que en la mayoría de los casos, no son la opción ideal.
En la categoría de yogures para niños, el promedio de azúcares era de 10.8 gramos por cada 100 gramos, lo cual sería más del doble que se encuentra en los yogures naturales o griegos, que contienen en promedio 5 gramos de azúcar por cada 100.
Acerca del contenido graso, en la mayoría de ellos el promedio se encontraba debajo o ligeramente por encima del límite recomendado como bajo en grasa. Como era de esperarse, los yogures de postre tenían el contenido más alto en azúcares y grasas de entre todos las categorías.
El estudio concluye que sólo dos de los 101 yogures de niños analizados (el 2%) cumplen realmente con tener un nivel bajo en azúcar.
¿Debemos dejar de dar yogur a nuestros hijos?
La respuesta corta es: sí y no. En el caso de los bebés, se recomienda evitar las natillas, "petit suisses", yogures y "actimeles" hasta pasados los doce meses de edad, pues en general, los yogures para bebés no se recomiendan. En el caso de los mayores, sí podemos ofrecerlos, pero tomando ciertas medidas.
Lo que debemos hacer es ser consumidores inteligentes y aprender a leer el etiquetado de los productos que compramos para consumir en nuestro hogar. Sabemos que hacer la compra y evitar productos altos en azúcar o con azúcares añadidos es como una misión imposible, pero es algo que vale la pena por nuestra salud y la de nuestra familia.
¿Cómo sabemos que un alimento es alto o no en azúcar? En Directo al paladar nos lo explican de forma sencilla, para que aprendamos a leer las etiquetas y podamos identificarlos:
Si en la lista de ingredientes vemos que el contenido de azúcares es de menos de 0,5 gramos por cada 100 gramos, el alimento es considerado 0% azúcar. Si tiene más de 15%, entonces es un alimento alto en azúcar.
En caso de que no se indique la cantidad de azúcares, procederemos a leer la lista de ingredientes, donde podremos identificar los azúcares añadidos bajos alguno de los siguientes nombres: jarabe o sirope de maíz de alta fructosa (el más común de todos, después del azúcar; también puede aparecer como JMAF o HFCS), agave o sirope de agave, caramelo, dextrosa, melaza, jarabe o sirope de arce, fructosa, sacarosa, maltosa, maltodextrina, almíbar, miel de caña, concentrado de jugo de frutas, sucrosa, jugo de caña, miel, entre otros.
Recordemos que no porque un alimento indique es que orgánico, bajo en azúcar, significa que esto sea cierto. En los supermercados podemos encontrarnos con alimentos que incluso cuentan con el sello de organismos de salud a pesar de no ser realmente saludables. Simplemente seamos cuidadosos, conozcamos los productos que compramos y ofrecemos a nuestros hijos, para evitar el consumo de yogures con niveles demasiado altos de azúcares.