Tesapara vive en el estadio del club 2 de Mayo y no se pierde ningún partido. Conocé su historia.
A veces el fútbol regala historias insólitas. Una de ellas tiene a su protagonista en el Ascenso paraguayo. Tesapara es la fan número uno del Club Sportivo 2 de Mayo. Y además, prácticamente forma parte del cuerpo técnico. Hasta ahí no hay nada particular, pero la historia cambia al saber que Tesapara es una perra.
Sí, una perra, que suele ubicarse en el banco de los suplentes junto al entrenador, Carlos Jara Saguier, cuando el Gallo disputa los partidos correspondientes a la División Intermedia (segunda división) en el Estadio Río Parapití.
Saguier explica que la perrita lo acompaña desde su llegada al club: "La primera vez que la vi le convidé un pedazo de empanada y desde ese día, cada vez que llego a trabajar, ella me recibe y ya no se despega de mi lado".
Además de seguir bien de cerca lo que hace el equipo dentro del campo de juego, Tesapara está atenta a todo lo que sucede en el club, ya que vive en el estadio. "Es la guardiana del club, cuando los portones se cierran es fiera, de día es amigable, muy accesible", contó Saguier en diálogo con el diario Crónica de Paraguay.
El entrenador, quien fue el técnico de la selección guaraní que consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, tras perder la final con la Argentina, asegura que la deja "estar con nosotros hasta en las prácticas" y que "cuando los jugadores hacen estiramientos, ella se acuesta y trata de imitar los movimientos".
"Creo que para ella ya es como una costumbre ver a los jugadores trabajar. Por los años que tiene, ya conoció a muchos cuerpos técnicos y a muchos planteles. Pero se ve que a nosotros nos tiene un cariño especial", agrega.
Si bien muchas veces se ubica en el banco de suplentes, cuando no lo logra se queda en la tribuna. "Ahí la conocen todos, es muy dócil, muy amigable", cuenta el entrenador.
La perra, que tiene diez años, fue nombrada como Tesapara ya que en el idioma guaraní significa "de ojos claros". "A la mañana son celestes, pero a la tarde-noche se empieza a cubrir su retina, aparece el iris y cambia de color", asegura Saguier, quien también afirma que el can "comprende nuestros estados de ánimo. Cuando en el pasillo hay alegría y celebración por el resultado de un partido, ella también festeja con los muchachos".