Paraíso helado
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23/08/2018 07:55 hs

Durante ocho horas la operaron del cebrero mientras cantaba ópera y bromeaba

Internacionales - 23/08/2018 07:55 hs
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La paciente debía permanecer despierta para mantener la actividad cerebral.

Durante ocho horas consecutivas los neurocirujanos le extirparon un tumor del cerebro a cráneo abierto y ella, obligada a permanecer vigilante bajo el instrumental quirúrgico para controlar su actividad cerebral, mientras tanto conversaba, bromeaba y cantaba ópera.

La increíble experiencia fue contada a la BBC por la actriz escocesa Sarah-May Philo, de 34 años, cómica teatral y profesora de apoyo. Contó que fue operada en marzo pasado en el Queen Elizabeth University Hospital de Glasgow, donde le fue removido un tumor de dimensiones de una pelota de tenis, que le creció en el cerebro por 15 años sin que se notara, hasta que sufrió un ataque epiléptico.

"Mis funciones cerebrales comenzaron a fallar por causa del tumor. Me definieron como un caso insólito. Y no me ofrecieron otra elección que aquella de operarme. Debían extirpar el tumor, o la mayor parte posible de eso", recordó. Y de hecho, contó Philo, "dejaron dentro un 15% porque la remoción total habría tenido efecto sobre el habla". Y en realidad, explicó a la BBC, "tuve que quedarme atenta . Debía hablar continuamente porque debían controlar en tiempo real si había alteraciones en la capacidad del habla y debía apretar los puños durante las ocho horas".

El cerebro, al parecer, no duele en sí, pero Philo estaba en realidad bajo los efectos de los analgésicos. Al principios, añadió, debía hablar solo con una terapeuta del habla presente en la sala de operaciones. "Pero después de tres o cuatro horas, todo el equipo quirúrgico hablaba alegremente y hacía bromas. A un cierto punto el cirujano detrás dijo 'Oops!' y yo pregunté: 'cómo sería Oopps? Lo ves en mi cerebro!".

Cuando le contó a los cirujanos que sabía cantar ópera, la hicieron cantar arias: un crescendo melodramático hasta el momento de culminar con el Ave María de Schubert con un aplauso. Sarah-May, quien dijo haber vivido una experiencia "verdaderamente fascinante", se hizo sacar una foto del cerebro expuesto al aire abierto y haberla puesto junto a un álbum.

Bajo el instrumental dijo también haber improvisado canciones sobre el primer cirujano, a quien lo divirtió. Tras radio y quimioterapia, la actriz dijo estar bien y, durante el verano, tiene la intención de volver a enseñar a los niños necesitados y también al teatro. Intentará presentarse en el Festival de Edimburgo. Quizás encontrará una nueva inspiración en su cabeza, contemplando el álbum de fotos.

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