En ese orden se siguió desde el gobierno la gigantezca movilización que se desarrolló en las últimas horas del martes frente al Congreso para reclamar el desafuero de la ex presidenta y actual senadora Cristina Kirchner inmersa en la causa de corrupción de los cuadernos de la corrupción K.

En el gobierno evaluaron que la movilización ciudadana en el Congreso excede a la figura de Cristina Kirchner por un simple motivo: entrevén que el sentimiento popular apunta a exigir un cambio radical en la forma de hacer política en la Argentina y a desterrar de una vez por todas la corrupción estructural. 

Desde temprano, en la Casa Rosada reinó la calma e imperó una agenda muy tranquila para Mauricio Macri con un acto en Dolores, reuniones de seguimiento de la gestión y encuentros en el despacho presidencial con algunos empresarios. Pero la irrupción de imágenes de TV con la masiva manifestación en el Congreso alteraron el clima de parsimonia en el gobierno y hasta hubo un ánimo de optimismo generalizado que acompañó el sentimiento de la calle.

Como un presagio de lo que sería el reclamo generalizado en la marcha del Congreso, Macri expresó temprano desde Dolores: , dijo eufórico al inaugurar un Parque Termal en Dolores.

Luego el presidente añadió que "debemos ser protagonistas de algo sano, que es soñar la vida que merecemos vivir, es lo que los argentinos decidimos hace tres años, porque merecemos una sociedad mejor que la que teníamos, el que hace recibe una recompensa", destacó el jefe de Estado.

Así, en el gobierno creen que los lemas de la movilización en el Congreso para exigir, entre otras cosas, el desafuero de Cristina Kirchner y la ley de extinción de dominio, reflejaron de alguna manera ese pedido de "nunca más a la corrupción" que planteó el Presidente.

En la Casa Rosada hubo coincidencias en que limitar la movilización a la figura de Cristina Kirchner sería "errado y aleatorio" porque ello excede, según los funcionarios consultados, a la ex presidenta. Más bien, apuntan a un nuevo "cambio de época" en la Argentina y una nueva ola de profundización de una justicia independiente.

"La gente necesita creer que la justicia puede avanzar más allá de quienes estén cuestionados. Esta manifestación no es sólo en contra de Cristina Kirchner sino que es a favor de una justicia que nos redima de la corrupción estructural cuya máxima expresión es Cristina", expresó a Infobae al caer la tarde un ministro del gobierno.

La frase refleja el sentimiento generalizado de la Casa Rosada ante la masiva movilización en el Congreso: desde Macri para abajo están convencidos de que la marcha de hoy es la manifestación expresa de que el cambio de gobierno también es un cambio de época en la justicia tendiente a desterrar de una vez el mal de la corrupción que se extendió a lo largo de toda la historia argentina.

Desde su despacho en el Senado la vicepresidenta Gabriela Michetti no paraba de mandar mensajes y hablar con varios ministros. "Estamos en una encrucijada histórica. La sesión de mañana (donde se tratará el pedido judicial para allanar la casa de la ex presidenta) es una nueva oportunidad para  dejar atrás la impunidad de la corrupción en la Argentina y esto debe darse de manera categórica con la autorización de los allanamientos pedidos por el juez Bonadio y la ley de extinción de dominio", dijo Michetti públicamente.

Ante ello, la respuesta de un ministro muy allegado a Macri fue contundente: "fue una gran movilización espontánea que expresa el rechazo a la corrupción y del deseo de la gente de recuperar el dinero", dijo a Infobae en abierta referencia a la ley de extinción de dominio que aun duerme en el Congreso y al caso de Odebrecht en Brasil. Allí el Estado recuperó luego de un proceso de tres años con la justicia unos 3.500 millones de dólares que la empresa constructora le devolvió al Estado.

Un allegado a Macri comparó la marcha de ayer con los movilizaciones por el "que se vayan todos" que irrumpieron en la crisis del 2001. Esto habla de los riesgos que implica ello para el gobierno si no toma debida nota del reclamo popular.

Inmersos en los detalles del proyecto de presupuesto 2019, en las negociaciones con los gobernadores por los recortes del Fondo Sojero o en los preparativos para partir a Chile a una reunión de ministros, el gobierno tuvo que salir de la agenda y entrever que lo que se vio hoy llegó para quedarse. Más aún: es una exigencia al propio gobierno para que mantenga en alto y con ejemplos concretos la vara de la lucha contra la corrupción.

Desde la Casa Rosada daban instrucciones precisas a los senadores de Cambiemos para que avancen en el Senado con la ley de extinción de dominio cuanto antes, sin dilaciones. Cambiemos y el oficialismo deben dar una señal que se ubique a la altura de una masiva marcha que excedió el nombre de Cristina Kirchner.