El empresario de la carne, es amigo personal del gobernador y negoció con el intendente de Tigre un pacto de no agresión.
Después de una escalada verbal entre dirigentes sciolistas y massistas, fue el propio gobernador el que decidió declarar un alto el fuego e iniciar una tregua.
Para mediar, apareció Alberto Samid. El empresario de la carne pasa varias de sus horas en la casa de Scioli en Villa La Ñata, Tigre. Pero diez días atrás, en su paso por ese distrito, aprovechó para visitar a Massa en la Municipalidad.
“Hasta hace algunas semanas estábamos todos juntos. Somos amigos, y Scioli y Massa son amigos. Como peronista yo hablo con todos, les digo que tenemos que estar todos juntos porque si nos peleamos entre nosotros nos comen los de afuera”, contó Samid al diario Perfil.
El empresario conoció a Scioli en su juventud, cuando el gobernador jugaba al tenis en el club Estudiantil Porteño de Ramos Mejía. Samid aparecía allí cuando el mandatario debía jugar torneos contra otros clubes.
“Nosotros éramos los pesados del barrio, y cada vez que había un partido duro y tenía que jugar Daniel, estábamos para aguantar el partido”, recordó.
Samid pasó de ser su protector a compartir largas noches jugando al ajedrez con Scioli y fundar juntos el Villa La Ñata Fútbol Club.
“Con Alberto jugamos al ajedrez, hablamos del campo, del consumo en su carnicería, además es apasionadamente peronista, pero yo no tengo consejeros políticos”, explicó Scioli a este medio.
Antes de cerrar las listas que finalizaron con la candidatura del intendente de Tigre por fuera del oficialismo, Samid ya se había convertido en el principal interlocutor entre Scioli y Massa.
Había compartido las reuniones en las que negociaban competir juntos, y hasta anotaba en una libreta propia los nombres del acuerdo trunco. Tras el cierre de listas y la pelea electoral en la que Scioli tomó protagonismo con el Frente para la Victoria, “el Rey de la Carne” mantuvo conversaciones con Massa y hace diez días llevó personalmente el mensaje de paz que el intendente por ahora aceptó, pero que podría romperse en octubre, en plena pelea por los votos definitorios.