Jennifer Ruvalcaba es madre de dos hijos, Riley y Liam de 6 y 3 años, y vive con su esposo en el sur de California, cerca de Disneylandia, aquel lugar donde los sueños se hacen realidad. Tanto ella como su pareja adoran este parque de atracciones y suelen llevar a menudo a sus dos niños. Hasta aquí nada raro. Pero falta un detalle: los Ruvalcaba no han pisado el suelo del parque temático sólo un par de veces o para celebrar el cumpleaños de los pequeños, sino en 300 ocasiones, como confirma la propia Jennifer.
Y aquí tampoco acaba la cosa, sino que siempre lo hacen disfrazados de los míticos personajes de Disney. Cada vez, uno diferente. De Cenicienta a los personajes de Marvel, pasando por las princesas Bella y Aurora, Peter Pan y Wendy, todos los muñecos de Toy Story y los protagonistas al completo de Scooby Doo. La señora Ruvalcaba (en istagram randomly_riley) es quien se encarga de diseñarlos. Y aún más: también los vende para poderse costear la entrada anual al parque.
Porque vivir la atmósfera de cuento de hadas de Disneylandia tiene un precio. La entrada básica de un día por adulto oscila entre los 97 dólares (84 euros). Al tener en cuenta que la familia californiana se compone por una pareja con dos niños, la cifra casi triplica. ¿Y cómo han podido ir 300 veces sin fundirse la tarjeta de crédito? Construyendo sus propios disfraces temáticos de los personajes Disney y vendiéndolos cuando se le quedan pequeños a sus hijos. La mujer lleva cuatro años confeccionándolos y hasta hoy ha realizado 60 piezas.
Este mundo especial ha regalado a la familia divertidas anécdotas. "Recuerdo una vez que mientras estábamos comiendo nos pararon Mary Poppins y Bert para saludarnos. Riley contó a Bert que tomaba clases de baile y Bert le preguntó si quería bailar con él. Los dos se entretuvieron con un gracioso claqué y algunas piruetas. Ha sido un momento tan especial. Ver a mis hijos jugar con sus ídolos es siempre algo emocionante. Ver a Riley y Liam buscar el tesoro de Peter Pan, bailar con Bert de Mary Poppins, jugar con Alicia en el País de las Maravillas y el Sombrerero Loco... Son los mejores recuerdos que tengo de estas aventuras".
Y la pregunta que le hacemos es, ¿tenéis pensado alcanzar la cifra de las 1.000 visitas? A lo mejor, un día, contesta ella. "Iremos a Disneylandia siempre y cuando podremos comprar los billetes", añade, ya que el parque temático, de momento, no le ha regalado nada. Además, la increíble costurera suele preparar los disfraces por la noche porque es el único momento del día en el que no tiene que cuidar a sus niños. Según sus declaraciones, por cada traje puede tardar de dos a ocho horas, dependiendo del personaje que esté reproduciendo. El logro más destacado fue transformar un traje en otro distinto, puesto que requiere al menos ocho horas de trabajo hacerlo.
Además, la pasión de los Ruvalcaba por el mundo Disney va más allá de California. El año pasado visitaron Disneyland París y también asistieron a los Universal Studios de Hollywood, donde los más pequeños de la familia encarnaron el papel de Scooby Doo y Harry Potter.
El Mundo