Dijo que le había sido encomendada esa "diligencia" y que el dinero pertenece a "personas vinculadas a la política". Aseguró que luego, esos fondos iban a ser retirados de a poco del convento para "darle otro destino".
José López dio un nuevo relato sobre la madrugada que terminó con su detención en el convento de General Rodríguez, luego de intentar esconder bolsos con casi casi 9 millones de dólares, 153.000 euros, 59.000 pesos y relojes Rolex: aseguró que cumplía una "diligencia" encomendada por tres desconocidos, quienes le entregaron el dinero y lo siguieron durante todo el recorrido.
"El dinero era de personas vinculadas a la política, de las cuales no puedo hablar. No es una persona, sino varias. Ni yo mismo sé quiénes son todos ni quiero saberlo", afirmó López, algo nervioso y con tono entrecortado.
"Cumplía una diligencia encomendada, en la que yo tenía que llevar los bolsos al convento. A partir de allí se los iba a ir retirando para darle otro destino", aseguró el ex funcionario K sobre la madrugada que terminó con su captura en General Rodríguez.
López, antes, había asegurado no poder decir de dónde venían los fondos. "No puedo dar detalles del origen del dinero de los bolsos por el riesgo que corre mi familia si lo hago", expresó.
"No llegué solo al convento, me escoltaron tres personas, una en moto y dos en un auto. No eran simples acompañantes: son las personas que me entregaron el dinero que iba a trasladar", relató.
Respecto al convento, López afirmó que "a las monjas no había que darles detalles ni precisiones, con la única que se hablaba era con la madre Alba". La mujer, de 95 años y superiora del convento, fue considerada inimputable por su estado de salud.
"Al día de hoy, de lo que me arrepiento es de no haber tenido la claridad y la fortaleza suficiente para haber resistido las presiones e intimidaciones, porque en todo caso hubiese sufrido yo las peores consecuencias y no el resto de mi familia", trazó a modo de balance antes de reiterar que "ni yo, ni mi esposa ni ningún miembro de la familia se enriqueció con la función pública".
Tras finalizar su monólogo, López respondió con evasivas una serie de preguntas de su abogada, ubicada a sus espaldas. "Me usaron como chivo expiatorio, como una maniobra distractivapara poner la atención pública en otro lugar, agregando además ridiculeces inexplicables y que yo no tuve otra alternativa que obedecer", se limitó a responder tras evitar -una vez más- menciones directas de nombres y lugares.
El ex funcionario, con la vista perdida en el piso y siempre con voz monocorde, decidió cortar abruptamente su relato, luego de responder en varias ocasiones "no puedo contestar".
- ¿Nos podría precisar algo más sobre los lugares en los que estuvo y las personas que vio, se entrevistó, ese mismo 14 de junio antes de ir al convento?, preguntó la abogada.
- No voy a declarar más, no voy a contestar más preguntas.
- Perdón, ¿usted me está diciendo que no declara más a partir de acá, que no va a contestar más mis preguntas?