Basta acudir a la aplicación de mapas para, desde cualquier punto, alejar la vista. A partir de cierta distancia, la Tierra comienza a adoptar una forma esférica hasta convertirse en un globo terráqueo en tres dimensiones. Nuestro planeta, por fin, mostrado con mayor precisión.
Comparando Groenlandia con África
Sirva el ejemplo puesto por la propia Google para ver las deficiencias de la anterior vista plana: la comparación entre Groenlandia y África.
Si echamos un vistazo a la versión precedente de Google Maps —o a cualquier plano que emplee la problemática proyección Mercator del mundo— y nos fijamos en Groenlandia y África, tendremos la sensación de que tienen una superficie aparentemente idéntica. La realidad, sin embargo, es bien distinta. Esa visión de la Tierra nos engaña.
La superficie de Groenlandia llevada a África revela la gran diferencia real de tamaño, alterada por la proyección Mercator. (The True Size)
Porque no son lo mismo los 2.166.086 kilómetros cuadrados de Groenlandia que los 30.221.535 kilómetros cuadrados de África.
El continente africano es catorce veces más grande en cuanto a superficie que la gran isla helada ubicada entre el océano Atlántico y el océano Glacial Ártico y las comparaciones que nos permiten realizar servicios como The True Size lo dejan claro.
Y la culpa, como decíamos, es de la proyección Mercator que utilizaba Google Maps en su versión escritorio y que continúa utilizando en las aplicaciones móviles. Este tipo de representación no fue usada en el lanzamiento del servicio, pero terminó adoptándose porque la proyección original no mostraba las calles de latitudes altas en ángulo recto, como sí están dispuestas en realidad.
Al margen de este cambio de vista cuando nos alejamos de la Tierra, similar al que ofrecen otros productos de los de Mountain View como Google Earth, la vista más cercana de Google Maps sigue siendo las mismas. A la hora de trazar rutas, buscar lugares y ver el mapa de ciudades nada ha variado.