Nos vamos a fijar en las recomendaciones del Instituto de Medicina (IOM). Podríamos decir que la recomendación que realizan es la de que los hombres, en general, consuman, aproximadamente, tres litros de agua y las mujeres unos dos litros. Sin embargo, esa recomendación aproximada y general es eso, general. Cada uno de nosotros tenemos unas condiciones particulares y hay que pensar en ellas a a hora de calcular nuestro consumo de agua ideal.

Es por esto que hay que tener en cuenta variables como la edad, el sexo, el nivel de actividad física, u otras cosas, como el estar embarazada o estar dando el pecho. Por eso, vamos a ver recomendaciones más específicas en base a diferentes variables.

Niños

En los niños hay bastante variabilidad en el consumo de agua necesario en base a la edad de estos. En general, la recomendación del IOM es que los niños entre 4 y 8 años consuman alrededor de 1 litro de agua. Para niños de entre 9 y 13 años ese consumo se aumenta ligeramente, y el agua consumido debería estar entre 1,65 y 1,89 litros.

En el caso de los adolescentes, entre 14 y 18 años el consumo es el más elevado, debiendo ser entre 1,89 y 2,60 litros.

Adultos

La recomendación general para adultos mayores de 19 años es la de consumir 3,7 litros los hombres y 2,7 litros las mujeres. Esto no quiere decir que tengamos que tener una botella de agua con la medida exacta y nos la tengamos que terminar. Podemos consumir agua mediante otras bebidas u otros alimentos que contengan agua como la verdura o la fruta.

De ese total para cada sexo, 3 litros en los hombres y 2 litros en las mujeres deberían ser consumidos de manera líquida, a través de bebidas.

Personas embarazadas y madres lactantes

Las personas embarazadas, por su parte, deberían consumir 2,36 litros de agua, aproximadamente.

En cuanto a las personas que estén dando el pecho, el consumo de agua debería aumentar hasta los 3 litros aproximadamente.

Otras variables

La edad o el sexo no son las únicas consideraciones que debemos tener. Además de eso hay otros elementos que pueden afectar e influir al consumo de agua que debemos mantener.

Nivel de actividad física: si realizas ejercicio físico deberías consumir, aproximadamente, medio litro más al día. Puede que incluso más, dependiendo de cuánto tiempo y con cuánta intensidad entrenes.

Temperatura ambiente: la temperatura del sitio en el que vivimos también influye en la cantidad de agua que debemos consumir. Si vivimos en lugares con temperaturas altas, debemos aumentar nuestra ingesta de agua. Además, a mayor altitud de nuestro lugar de residencia, mayor debería ser el consumo de agua.

Salud: si tenemos problemas de salud como vómitos, diarreas o fiebre, el consumo de agua debería ser también más elevado.
En general, según la Clínica Mayo, podemos saber que estamos consumiendo la cantidad adecuada de agua si normalmente no sentimos sed y si nuestra orina es prácticamente trasparente o de un color amarillo muy claro.

Por supuesto, debemos tener claro que el consumo de agua no se realiza únicamente mediante el agua. No es necesario tener una botella de 3 litros al lado y beberla entera. Hay frutas y bebidas y otras bebidas, como el melón, la sandía o la leche, que tienen altas cantidades de agua y su consumo nos ayuda a alcanzar la hidratación necesaria. Así como otras frutas y verduras.

En cuanto al consumo excesivo de agua, todos hemos escuchado que puede ser peligroso. Esto se llama Hypotrenia y, aunque es difícil que ocurra, hay que tenerlo en cuenta, especialmente los deportistas y niños. Por eso, en el caso de los deportistas, si necesitan un alto consumo de agua, por la exigencia de su deporte - maratones muy largas etc.- lo ideal es que consuman también bebidas que les restauren los electrólitos.

En cualquier caso, es muy poco habitual que esto ocurra, y mucho menos común que la deshidratación.