"Carlín no está bien. Está mal. Tiene un proceso de su enfermedad que es muy difícil que se puede revertir. Con su familia tratamos de que la pase lo mejor posible. Y también el correr el tiempo y la edad hace mella en él y le cuesta más la recuperación. No está para trabajar". Con estas palabras, el productor teatral y diputado provincial Javier Faroni se refirió al estado de salud de su amigo, el actor Carlos Calvo , que sufrió hace un tiempo dos accidentes cerebrovasculares.

En una entrevista radial concedida al programa Modo Sábado, de Radio Nacional, el productor explicó por qué, luego de haber vuelto brevemente a los escenarios en la obra Leonas -que protagonizaron Carmen Barbieri y Nazarena Vélez antes de convertirse en enemigas- el actor no volvió a trabajar. "Hace una vida social limitada. Tengo contacto con él. Disfruta mucho de sus amigos. Una vez por mes hacemos una salida con todos sus amigos. Y sale, disfruta y se muere de risa. Pasa que le cuesta mucho movilizarse. Extraña mucho trabajar y no puede. Hay días que está más conectado y hay días que le cuesta más", reveló.

También indicó que, aunque Calvo fue sin dudas una de las grandes estrellas del mundo del espectáculo en los años ochenta y noventa, su situación económica no es holgada. "Carlín trabajó siempre, no es millonario ni mucho menos, pero tiene algo con qué soportar una parte de su tratamiento y también hemos tratado de organizarnos para que, por lo pronto, él y su familia estén lo más tranquilos posibles. También tenemos una prepaga que nos cubrió todo desde el primer día", precisó.
   

La amistad entre Calvo y Faroni comenzó mucho tiempo atrás

"Nací en un pueblito de la provincia de Córdoba, que tiene 2000 habitantes y a los 11 años nos fuimos a vivir con mi familia a Mar del Plata. Un día, de casualidad, con mi abuela caminando por la rambla me encontré con Carlín Calvo, que en ese momento hacía de El Rafa, y ahí estaba haciendo una obra en el Provincial de Mar del Plata. Mi abuela lo saluda, y le pide que nos invite al teatro. Carlín dijo que sí y cuando fui a la noche al teatro a pedir las entradas con mi abuela, le pedí al boletero ver la obra de atrás, sin saber lo que era ver la obra de atrás, el boletero me dijo que no, pero le insistí, me dijo que le preguntáramos a Calvo y Carlín dijo que sí y ahí me enamoré del teatro", recordó el productor.

Allí comenzó no solo su relación con el actor sino que nació su vocación: "Terminé yendo todos los días, hasta que un día era 'comprame una Coca Cola', al segundo 'comprame los cigarrillos', y al quinto 'controlame cuánta gente hay' y comencé así de chiquito a estar metido en el teatro, hasta las 10 de la noche".

Pero la relación entre ellos, claro, no terminó ese verano. "Después me fijé a ver cómo seguía el contacto para ir el verano siguiente. Y en esa época no existía la web ni nada. Me preguntaba 'cómo hacía yo, un pibe de 13 años, para estar en Mar del Plata'. Entonces, me hice amigo de todos los boleteros, y pensaba 'cuando venga Carlín, les saco cuántas entradas venden los otros teatros, para después decírselo a él'. Tenía que ser indispensable porque sino podían agarrar a otro pibe para comprar los cigarrillos", recordó.

Y su plan terminó rindiendo sus frutos: "Empezó la función nuestra y ahí me fui de un pique a todos los demás teatros y cuando le dije 'esto metieron los demás', empecé a tener un valor para la compañía, del estilo 'mirá, el nene tiene las cifras'. Yo tenía la realidad. Entonces Carlín agarraba a la competencia en esa época y decía, por ejemplo: 'Mmm... El Ruso, flojo' claro, tenía las cifras de todo. Ese verano todo el mundo quería saber quién le daba las cifras. Hasta que se descubrió que era yo y después me llamaban a mí para saber cuánto metía la competencia".

Muchos años después, volvieron a trabajar juntos, pero Faroni ya no era el chico de los mandados sino un productor reconocido. "Es una satisfacción siempre trabajar con Carlín; hay una cosa de amor, somos como hermanos. No sólo hicimos muchas obras, sino que también hicimos muchos éxitos. Y además la pasamos bien", aseguró en la entrevista.

Ahora, si bien el protagonista de Amigos son los amigos no está en condiciones de trabajar, quien sí lo hace es su hijo Facundo. "Trabaja conmigo en la productora. Está aprendiendo un poco, es productor. En realidad él quiere ser actor, y ahora tiene la posibilidad de hacer sus primeros caminos con una novela que estrenó ahora ( 100 días para enamorarse). Tiene 19 años. Terminó el secundario, un día me vino a ver y empezó a laburar conmigo. Tiene cositas de Carlín. Hoy yo creo que el actor es más estudio y perfeccionamiento que antes sólo era carisma. Está estudiando mucho y se está perfeccionando", reveló el productor.

Fuente: La Nación