La escuelita fue creada por y para chicos. Quien la fundó enseña que lo material no es una limitación, y que en realidad, lo esencial es el amor con el que se pone al servicio la vocación. Leonardo Nicanor Quinteros, con tan sólo 12 años, decidió crear una escuela en el patio de la casa de su abuela con una única motivación: la educación.
El proyecto de Nico lleva el nombre de “Escuela Patria Unidad” y cuenta con jardín de infantes, seis grados de primaria, a la que asisten muchos alumnos sin ningún tipo de obligación, sólo para aprender y estudiar.
“Vi que había muchos chicos por la calle, jugando y dando vueltas y le dije a mi abuela que iba a hacer una escuela y ahí empezamos", dijo Nicanor en diálogo con Canal 8 San Juan.
Luego de asistir a sus clases en una escuela real, “el maestro y director” enseña a pequeños del barrio Las Piedritas de la localidad de Pocito en la provincia de San Juan.
Nico ofrece ayuda escolar a todos aquellos niños que desean asistir a su escuelita, su vocación de servicio es admirable: recorre 40 minutos en bicicleta hasta llegar a la casa de su abuela y dar clases, según publicó Clarín.
El diario Los Andes reveló que los alumnos que asisten afirman que Nico es un gran docente y que no sólo refuerza los conocimientos en aquellas asignaturas en las que los pequeños presentan dificultades, sino que les enseña todo lo que él ha aprendido hasta el momento. “Gracias a mi primo al fin estudio”, dijo una de las alumnitas.
Como toda escuela, en las fechas patrias reproducen las estrofas del Himno Nacional Argentino, Aurora o la Marcha de San Lorenzo gracias a un reproductor casero que cuenta con un micrófono y parlantes incorporados.
La profesionalidad de Nico para dirigir la Escuela Patria Unidad va más allá, y en cada acto se hace presente la Bandera Nacional escoltada por los alumnos seleccionados para la ocasión.
Hoy la escuelita cuenta con pizarrón, biblioteca, libros de asistencia e incluso una dirección con armario y botiquín de primeros auxilios. También tienen una campana para el recreo.
Viendo la increíble voluntad de su nieto a la hora de ayudar a los demás, la abuela de Nicanor, Ramona, contribuye con el proyecto de estudio y además, les brindan a los pequeños asistentes una copa de leche.
"Sólo le pido a Dios vida para pagarle los estudios", expresó Ramona y agregó, con el orgullo a flor de piel, que “Él no falta a la escuela, es excelente. No puedo creer ni yo lo que hace”.