Después de siete años de estudio con la técnica de edición génica, investigadores del
INTA Balcarce lograron modificar el gen de polifenol oxidasa, presente en el cultivo de papa (Solanum tuberosum L.), cuya enzima provoca el pardeamiento enzimático en tubérculos, es decir, que se pongan negros o que se oxiden cuando se los corta y se los expone al aire.
En un informe, el INTA recordó que esa pérdida de calidad no sólo genera el rechazo del consumidor y de la industria, sino que afecta las propiedades nutricionales de la papa fresca y sus productos derivados.
En la Argentina,
la producción nacional del cultivo ronda los 2,43 millones de toneladas. Se estima que con este avance se podrían reducir pérdidas económicas para los productores y la industria.
"La técnica utilizada fue edición génica", dijo Sergio Feingold, director del Laboratorio de Agrobiotecnología del INTA. La tecnología, también conocida como CRISPR/Cas9, permite realizar cambios "dirigidos en el material genético de plantas y animales de consumo, con el objetivo de mejorar su producción y calidad".
En el caso de los tubérculos, "el corte o pelado, así como los daños mecánicos sufridos durante la cosecha, transporte y almacenamiento, llevan a que se generen manchas pardas o negras producto de la oxidación, condiciones que provocan pérdidas para el consumo y la industria", indicó Matías González, becario doctoral del Conicet e integrante del proyecto junto con Gabriela Massa, Leonardo Storani y Cecilia Décima Oneto.
¿Qué sigue ahora? Al respecto, Massa dijo que se buscará "corroborar que las plantas identificadas mejoran su comportamiento como resultado del apagado del gen de polifenol oxidasa", además de observar "que tengan un grado de pardeamiento reducido con respecto a las plantas no editadas".
Fuente: La Nación