En su juventud, Adolf Hitler (1889-1945) quería convertirse en un artista profesional, pero fue rechazado en dos ocasiones (en 1907 y en 1908) por la Academia de Bellas Artes de Viena; hasta entonces había dibujado muchos paisajes y edificios, pero pocas cabezas o personas. Pintó postales de Viena y frecuentó los cafés de artistas de Múnich con la ambición de convertirse en un artista profesional, pero acabó siendo el líder de la Alemania nazi que se casó con Eva Braun y con la que se suicidó en el Führerbunker de Berlín a finales de abril de 1945. Mucho antes de llegar al poder, en 1916, cuando sirvió en Francia durante la Primera Guerra Mundial, pintó un retrato al óleo de una mujer llamada Charlotte Lobjoie, quien supuestamente fue su amante; el hijo de esta, Jean-Marie Loret (1918-1985), decía ser el hijo ilegítimo de Adolf Hitler.
Son muchas las obras falsas de Hitler que corren por ahí. El Retrato de una chica ha sido atribuido al dictador, entre otros por Werner Maser, un historiador alemán y un reconocido biógrafo de Adolf Hitler. El cuadro, comprado por un magnate industrial en 1967, fue subastado el pasado sábado por un precio inicial de 60.000 euros.
"La pintura viene acompañada de numerosos documentos que prueban que fue exhibida en galerías de arte de Japón, correspondencia con el doctor Priesack, una copia de una propuesta de Sotheby's para vender la obra (en su momento los propietarios no la quisieron vender) y material de audio", explica la casa de subastas Auktionshaus Weidler (Núremberg) a National Geographic. En el cuadro, pintado por Hitler en Fournes-en-Weppes o en Wavrin, en el norte de Francia, aparece una mujer en un entorno rural, con un pañuelo rojo sobre la cabeza, una horca sobre el hombro derecho y una blusa abierta con sus pechos parcialmente descubiertos.
National Geographic