Si bien el título de este libro puede parecer engañoso -la ciencia mal aplicada puede llegar a ser monstruosa-, no deja de ser un reflejo fiel de su contenido.
Si bien el título de este libro puede parecer engañoso -la ciencia mal aplicada puede llegar a ser monstruosa-, no deja de ser un reflejo fiel de su contenido. Muchas veces la ciencia puede ser explicada con hechos de la vida cotidiana, y en otras ocasiones puede ser “contada” a través de personajes populares. En este libro, las características particulares de cinco monstruos que adquirieron amplia fama a través de la literatura, las leyendas o el cine, sirven como “excusa” para adentrarnos en varias áreas de la biología y la medicina. Con el monstruo de Frankenstein aprenderemos cómo funciona nuestro sistema nervioso y comprenderemos por qué nuestro sistema inmune no acepta cualquier órgano que le trasplanten. El Conde Drácula nos enseñará que no siempre el gusto por la sangre tiene que ver con malas costumbres, y cómo muchos de los males que afectan nuestro torrente sanguíneo pueden ser heredados de padres a hijos.
El incontrolable crecimiento capilar del hombre lobo nos ayudará a comprender cómo se multiplican nuestras células, y su feroz mordida servirá de ejemplo para descubrir quiénes son los culpables de que nuestras heridas se infecten. La escurridiza criatura de la Laguna Negra nos mostrará cómo nuestras células producen sus propias proteínas a partir de la información almacenada en nuestros genes, y permitirá desterrar una antigua teoría que afirmaba que en algún momento de su desarrollo los bebés se asemejarían a los peces.
Finalmente, la célebre momia intentará ayudarnos a decidir si nuestro cerebro es tanto o más importante que nuestro corazón, y si las nuevas técnicas de conservación serán capaces de hacernos inmortales.
Cinco monstruos y mucha ciencia. A no asustarse por ninguna de las dos cosas. La ciencia puede ser divertida y amena. Y los monstruos… Los monstruos no existen, excepto en nuestra imaginación.